sábado, 20 de abril de 2013

LA CONEXION CON EL YO SUPERIOR...

LA CONEXIÓN CON EL YO SUPERIOR

El Yo Superior es el aspecto de tu espíritu consciente individual que trasciende tu cuerpo desde la cuarta hasta la novena dimensión. Más allá de la novena dimensión no se distingue la conciencia individual.   Tu Yo Superior tiene función, forma y nivel de conciencia diferentes en cada dimensión. Lo que llamas Yo Superior es la parte de ti que vive en la quinta y sexta dimensiones y todavía mantiene forma humanoide aunque no sea ya física.

El Yo Superior está disponible para una conexión consciente siempre que lo desees y estés preparado, pero no interferirá con tu libre albedrío para hacerse notar ni para influenciar tu vida. Para poder conectarte directamente con tu Yo Superior debes desear evolucionar espiritualmente y saber que eres un alma y espíritu valioso más allá de tu cuerpo. En caso contrario, la conciencia de tu cuerpo se identifica con el ego y la personalidad como si aquél fuera todo el yo.

Si acabas de empezar a despertar espiritualmente puede que te hayas dado cuenta o no de que tienes un homólogo divino o quizá creas que está aislado de ti. A través de la meditación, la instrucción, los sueños, o las revelaciones, puedes ir dándote cuenta de que también existe una divinidad en tu cuerpo.

En ese punto se convierte en algo natural pedir ayuda a los guías, Maestros Ascendidos, ángeles y tu propio Yo Superior para desvelar lo divino, el verdadero yo interior. Con su ayuda afloran a la superficie karmas, creencias, juicios, emociones y cualquier otra cosa que esté bloqueando el camino de acceso a tu divinidad y puedes empezar con el despejamiento y la sanación como aspectos del despertar espiritual.

Cuando te das cuenta de que lo único que bloquea tu acceso a la conciencia de Dios es lo que tu yo humano de la personalidad/ego ha creado, estás preparado para asumir la responsabilidad de crear tu realidad de una manera más consciente y armónica. Estar conectado con el Yo Superior de tu cuerpo es la forma más directa que conozco de crear puntos de referencia superiores de amor, integridad espiritual y conexión con Dios/Diosa/Todo Lo Que Es, así como de acelerar la liberación de energías limitadas y más densas.

Puedes haber experimentado tu Yo Superior como Ser de Luz con el que sólo puedes conectar fuera de tu cuerpo. Esta experiencia aflora de una espiritualidad basada en la dualidad y la necesidad de ser nofísico para poder experimentar estados superiores de conciencia y comprensión. Si percibes tu yo humano como si fuera exclusivamente un «yo inferior» y en consecuencia tu vida física como «inferior a» la realidad, ello bloqueará enormemente tu progreso y alegría espirituales. Tu yo humano es sólo lo que haces de él o lo que crees que es.

Si tienes la suerte de tener padres cariñosos y amigos que te animan a pensar por ti mismo y saben que eres una parte divina de Dios/Diosa/Todo Lo Que Es y que eres un espíritu sagrado viviendo en un cuerpo, no habrás considerado nunca a tu yo como un «yo inferior» limitado. Te identifican con la conciencia de tu cuerpo sólo porque vives en una sociedad que todavía no anima ni reconoce la conciencia de tu yo divino desde el nacimiento. Así, tu yo humano se percibe a sí mismo como físico, impuro, sin poder para ayudarse a sí mismo y a merced de un Dios todopoderoso.

Este «yo inferior» sólo vive por supervivencia y para evitar el dolor en todo lo posible, y subconscientemente siente una profunda vergüenza por el hecho de ser humano y por ello una forma «inferior» de conciencia. Las religiones dogmáticas han complicado más las cosas programando a las personas para creerse criaturas pecadoras e inferiores que necesitan la salvación, pero que no son capaces de nada sin la autoridad de la iglesia. En muchos casos, estas enseñanzas religiosas se unen a las normas sociales para convencerte de que eres tu cuerpo y nada más.

«Vergüenza de ser» es un síntoma de este adoctrinamiento religioso, social y planetario. Incluye la vergüenza por la necesidad de comer para vivir, vergüenza por los olores del cuerpo, vergüenza por merecer poco, vergüenza por odiarse a uno mismo y, en una palabra, vergüenza por tener, como ya he mencionado antes, forma física. La vergüenza por el deseo de sexo y compañía es un síntoma de una «vergüenza de ser» más profunda y tiene que ver con la vergüenza y el miedo que acompañan al hecho de sentirse aislado.

Recuerdo vivamente que siendo niña, mi madre decía a menudo:

«Ésa no tiene vergüenza» o «¿Es que no tienes vergüenza?» como si la vergüenza fuera una virtud que determinase que uno fuera «buena o mala persona».

La persona de la que se decía que no tenía vergüenza era siempre una «mala persona» y a la que, según ella, había que ignorar. Siempre me ha parecido triste que las personas se juzguen y se aíslen de tal manera, y que mi madre se aferrase a su propia. vergüenza como gracia de salvación.

Los dos principales eslabones perdidos en la cultura moderna cuya ausencia parece causar este tipo de juicios y aislamiento son: 1) el conocimiento de que por derecho de nacimiento, como hijo de Dios/Diosa, mereces amor, satisfacción y alegría sin la necesidad de ganártelo; 2) la conciencia de ser un espíritu con un alma hecha de luz y amor que está aquí para evolucionar. Cuando lo sabes y sientes tu valía inherente y tu propósito, se produce rápidamente un gran cambio interior y un progreso espiritual. Atraer al cuerpo la energía y la conciencia de tu Yo Superior en lugar de abandonar el cuerpo para acceder a esta conciencia es una gran reafirmación del valor y el estado de conexión de tu yo humano a la divinidad y un gran paso para dejar de creer en el aislamiento.

Si sientes «vergüenza de ser» y te aferras a creencias que tienden a generar esta vergüenza, se te sugiere que te centres en sintonizarte y liberar esas creencias utilizando la técnica del capítulo 6 para despejar creencias y juicios.

Ejemplos de tales creencias son:

Tengo que ser castigado y cumplir la penitencia por mi «maldad» antes de esperar redención y misericordia.

Algo debe de funcionar mal en mí porque no siento el amor de Dios.

La necesidad de comida y refugio es vergonzosa porque se los arrebato al planeta, a mis padres, a otros países, etcétera.

Mi amor no es lo bastante bueno porque no hace felices a los demás.

Querer sexo o tener apetencias sexuales no es espiritual.

Tener miedo a estar solo significa que estoy necesitado y soy indigno.

El haber nacido causó dolor a mi madre y por ello fue malo y vergonzoso para mí.

Como no tengo lo que quiero, será que no lo merezco.

Tener cuerpo es la prueba de que soy «menos» y un ser «caído».

Por ser del sexo que soy, soy una decepción para mis padres y no lo podré compensar de ninguna manera.

Éstos son sólo algunos ejemplos pero esperemos que sean bastante para ayudarte a identificar y despejar tus propios problemas de «vergüenza de ser».

Las dos siguientes secciones de este capítulo están dedicadas a los procesos propiamente dichos para conectar conscientemente con el Yo Superior en tu cuerpo. A medida que te acerques a la iluminación y la ascensión, los aspectos iniciales de tu Yo Superior con los que te conectes serán asimilados en tu cuerpo uno a uno hasta que finalmente moren allí en un estado de fusión permanente.

En esos niveles la forma que veas tomar a tu Yo Superior irá cambiando. Ello es debido al hecho de que te conectas cada vez con el aspecto del Yo Superior inmediatamente superior al que ya has asimilado en la conciencia y en el cuerpo. Finalmente, experimentarás tu Yo Superior como una bola de luz, una estrella, una espiral de luz u otra forma esencial que ya no tendrá apariencia humana. Ello indicará que estás alcanzando zonas dimensionales superiores de ti mismo.

Es sumamente recomendable incorporar las siguientes técnicas en tu práctica espiritual diaria o al menos regularmente para acelerar y estabilizar tu identidad como idéntica a tu esencia espiritual.

Encuentro y fusión con el Yo Superior

Como ya mencioné anteriormente, aunque el Yo Superior no posee en última instancia forma humana, cuenta con aspectos en la quinta y sexta dimensiones que parecen cuerpos humanos de luz. Primero, establecerás contacto con la parte de tu Yo Superior cuyas vibración y dimensión están más cerca de tu cuerpo.

En las ilustraciones 14a y 14b  verás al Yo Superior uniéndose a ti al conectar las palmas de sus manos con las tuyas. Luego se conectan los chakras al conectarse la parte anterior del cuerpo de tu Yo Superior con la parte posterior del tuyo. En el primer estadio, mientras las palmas de las manos se tocan, se establece un flujo de energía desde el Yo Superior hacia tu cuerpo a través de las manos.

Mientras te llenas de energía se te pedirá que preguntes a tu Yo Superior si tiene un nombre por el que llamarlo o llamarla. El Yo Superior puede decidir por alguna razón no darte su nombre. Eso puede pasar si el Yo Superior cree que un nombre limitaría de alguna manera tu percepción; por ello si no te diera un nombre también está bien.

Puede que te lo dé en otro momento o tal vez no.


FIGURA 14a:
Las manos del Yo Superior y del yo humano establecen contacto con el propósito de intercambiar energía. 

FIGURA 14b:
El Yo Superior se coloca detrás del yo humano y le manda cordones de luz desde cada uno de sus chakras a la parte posterior de los chakras del cuerpo humano.

En el segundo estadio de meditación, cuando conectas la parte posterior de los chakras con la parte anterior de los chakras del Yo Superior, éste dejará el contacto de las manos y se colocará detrás de ti. La razón es que la parte subconsciente de los chakras está situada en la espalda directamente detrás de la parte consciente de los chakras, que están delante. 

Por ejemplo, por delante el chakra del corazón está situado en el centro del pecho, y por detrás entre los omoplatos en el área de la cuarta a la séptima vértebra torácica. En la meditación guiada que sigue se especifica la ubicación de cada chakra subconsciente.

Cuando tu Yo Superior conecte con los siete chakras, sentirás un suave chorro de energía al llegar desde atrás la forma de tu Yo Superior, fusionándose plenamente con el cuerpo físico. Una vez terminada la fusión, intercambiarás regalos con tu Yo Superior. A continuación tendrás que dar a tu Yo Superior algo que te pida.

Si tu Yo Superior te pide el dolor de tu corazón o la vergüenza de no ser lo bastante bueno, o cualquier otra cosa que a ti te parezca muy pobre como regalo, date cuenta de que cuando abandonas las limitaciones, alcanzas más intimidad y te sientes más cerca de tu Yo Superior. Así que algo que tú consideres negativo es un maravilloso regalo para tu Yo Superior, ya que lo que más desea es una conexión más profunda y cariñosa contigo. También se te puede pedir algo más simbólico, como un cristal, una flor, o tu esperanza, por ejemplo. Sea lo que sea, has de saber que será lo que más refuerce vuestra unión en ese momento.

Cuando ofrezcas a tu Yo Superior un regalo, el Yo Superior a su vez te dará un regalo a ti. Tómate un tiempo para sentir el regalo energéticamente. Si no estás seguro del sentido y objetivo del regalo, pregunta. Después colocarás ese regalo dentro de tu aura o de tu cuerpo, donde creas que es su sitio. Siempre estará ahí, creando un lazo o unión entre los dos.
Ésta es la meditación para encontrarte y fusionarte con tu Yo Superior:

Cierra los ojos y conéctate a la tierra.
Retrae el aura o extiéndela hasta los 60 a 90 centímetros alrededor del cuerpo en todas las direcciones. Comprueba las rosas y los colores de los límites, realizando los cambios precisos.
Pide a tu Yo Superior que venga, se coloque delante de ti y te ayude a ver o sentir su forma humana.
Cuando el Yo Superior se encuentre delante de ti, extiende las manos con las palmas hacia fuera e invita a tu Yo Superior a conectar contigo palma con palma.
Permite que la energía de las manos del Yo Superior entre en tu cuerpo por los brazos y las manos y llene el corazón. Luego déjala inundar el corazón y llenarte también el cuerpo. Esto tarda de dos a tres minutos.
Cuando sientas la energía correr a través de ti, pregunta al Yo Superior si responde a algún nombre. Mantente a la escucha de la manera más relajada posible. Si después de un minuto no te da un nombre, ve al paso siguiente.
Corta la conexión de manos y pide a tu Yo Superior que se coloque detrás para enlazar los chakras.
Inspira a través del chakra de la coronilla y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su coronilla hasta la tuya. Cuando sientas la conexión, sigue adelante.
Inspira a través del centro de la parte posterior de la cabeza y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde su tercer ojo o sexto chakra hasta la parte posterior de tu tercer ojo. Cuando sientas la conexión, continúa con el siguiente paso.
Inspira a través de la parte posterior del cuello y pide a tu Yo Superior que te envíe un cordón de luz desde su chakra de la garganta hasta la parte posterior de dicho chakra. Cuando sientas la conexión, continúa.
Inspira a través de la parte posterior de tu chakra del corazón entre los omoplatos y pide a tu Yo Superior que mande un cordón de luz desde su chakra del corazón o cuarto chakra hasta la parte posterior de tu chakra del corazón. Cuando sientas la conexión, continúa.
Inspira a través de la zona de las costillas directamente opuesta al plexo solar y pide al Yo Superior que mande un cordón de luz desde la parte frontal de su plexo solar, o tercer chakra, hasta la parte posterior de tu plexo solar. Cuando sientas la conexión, continúa.
Inspira a través del sacro y pide al Yo Superior que te mande un cordón de luz desde su chakra sacro o segundo chakra hasta la parte posterior de tu chakra sacro. Cuando se produzca la conexión, continúa.
Inspira a través de la rabadilla y pide a tu Yo Superior que envíe un cordón de luz desde su chakra de la raíz o primer chakra hasta tu chakra de la raíz. Ahora siente el suave chorro u ola de energía moviéndose por tu cuerpo desde detrás hacia delante. Es tu Yo Superior fusionándose plenamente con tu cuerpo. Quizá te sientas más abierto, ligero, pacífico, alegre, lleno de amor o simplemente con una sensación general de bienestar. Relájate en este espacio el tiempo que desees, antes de avanzar al siguiente paso. Si hay alguna parte del cuerpo en la que parezca no darse la fusión, respira en esa área y relájala hasta que sientas el cambio de energía que se produce cuando el Yo Superior es capaz de fusionarse contigo en ese punto.
Pregunta a tu Yo Superior qué regalo le gustaría recibir de ti. Luego, dáselo. Si deseas una explicación sobre la trascendencia del regalo, pídesela ahora.
A continuación extiende las manos delante de ti y recibe un regalo de tu Yo Superior. Sostén el regalo, sintiendo la energía y míralo. Si quieres preguntar a tu Yo Superior qué significa el regalo, hazlo.
Cuando estés preparado, coloca el regalo en tu cuerpo o tu aura, donde creas que sea su sitio.
Pregunta al Yo Superior si tiene algo que comunicarte en este momento. Permanece relajado y receptivo, siente la conexión mientras esperas la respuesta. Puede que recibas un mensaje o tal vez no.
Cuando sientas que ha terminado di a tu Yo Superior que deseas estar permanentemente unido a él. Pídele que te ayude de alguna manera en la consecución de este objetivo. Dile que volverás a conectar pronto con él y pídele que se mantenga unido a ti cuanto sea posible, incluso cuando no estés meditando.
Sé consciente del aire de la habitación que entra y sale por los orificios nasales. Luego hazte poco a poco consciente de tu entorno físico y abre despacio los ojos. Durante algunos momentos siente la conexión energética con tu Yo Superior con los ojos abiertos antes de volver a tu actividad diaria. Fíjate en lo centrado y sereno que estás. Mantente presente en tu actividad al pasar de un momento a otro para ayudarte a mantener la conexión.
Alineamiento del Eje Divino con tu Yo Superior

Esta técnica de meditación es la más importante en este libro en relación con el Alineamiento del Eje Divino y la atracción continuada de las energías de tu Yo Superior. Se recomienda realizar la meditación diariamente al principio; puede tardar tan sólo cinco minutos o el tiempo que desees.
En la ilustración 11 de la página 249 aparece una zona tubular de un diámetro de cinco a seis centímetros que se extiende desde el extremo superior del aura cruzando a través de la corona, descendiendo y rodeando la columna, bajando entre las piernas al extremo inferior del aura. Este «tubo de luz» es el eje divino descrito anteriormente. También continúa por encima del aura a través del centro de todos los aspectos de tu Yo Superior de la quinta a la novena dimensiones. (Véase ilustración 15 .)
Es lo que te une con todos los aspectos que contiene tu holograma personal. A través de este enlace pasa la luz de dimensiones superiores que desciende por el «tubo de luz» de tu cuerpo y aura y es la clave para atraer la conciencia superior al cuerpo de forma permanente.
Cuando el alineamiento del Eje Divino se combina con la apertura y el despejamiento del Ka divino y además vives en integridad espiritual, estarás preparado para que tu Yo Crístico descienda paso a paso hacia tu forma física - preparándose para su ascensión en el momento debido.
15. Alineamiento con el Eje Divino, por medio del tubo de luz y el cordón plateado del Yo Superior y las dimensiones superiores entrando en el aura y cuerpo humanos.

Las líneas continuas sobre la zona superior de la cabeza humana representan el cordón plateado.

El tubo de luz está representado por el tubo estrecho que parte desde la porción del aura bajo el cuerpo,lo atraviesa, surge de la parte superior del aura, atraviesa el Yo Superior y asciende por las dimensiones superiores.

Atraer el Yo Superior hacia el cuerpo a través de este tubo de luz es una experiencia gozosa y revitalizadora para la mayor parte de las personas, aunque al principio quizá te parezca muy leve. Si mantienes la atención y la intención en el proceso mientras dure, reforzarás la efectividad de la técnica de meditación. Una vez hayas alcanzado la conexión con el Yo Superior, y las energías fluyan a lo largo del tubo de luz, podrás relajarte y entrar en un estado de meditación más pasivo y receptivo.

Antes de abrir el tubo de luz es importante la conexión con el «cordón plateado» del Yo Superior y su posterior activación, como se muestra en la ilustración 15. El cordón plateado tiene un diámetro de quince a veinte centímetros y dibuja un círculo por encima de la cabeza en la zona del nacimiento del pelo, sobre la frente. Cuando anclas allí el cordón plateado, se cierra el primer paso del Alineamiento del Eje Divino.

Esto se logra simplemente invocando a tu Yo Superior, pidiendo que su cordón plateado se te una a la parte superior de la cabeza a la vez que te comprometes a ser uno con tu divinidad, o Presencia del Yo Soy, en el cuerpo. Levanta físicamente los brazos por encima de la cabeza hasta donde alcancen con naturalidad, y con las manos abiertas siente el cordón plateado que tu Yo Superior te coloca en el aura.

Entonces sujetarás el cordón plateado con las manos y ayudarás a tu Yo Superior a bajarlo despacio hacia la parte superior de la cabeza hasta que lo sientas sólidamente anclado y permanezca allí cuando retires las manos. Después de esto abrirás el tubo de luz pidiendo a tu Yo Superior que lo llene con tu propia luz y amor divinos. Inspira a través de la coronilla y espira en sentido descendente por la espina dorsal hasta que salga por entre las piernas para ayudar al Yo Superior a despejar y llenar el tubo de luz.

A continuación sigue la meditación para lograr el Alineamiento del Eje Divino.


Siéntate manteniendo la columna lo más recta posible y sin cruzar los brazos, con el cuerpo en posición cómoda. No importa que cruces las piernas si te es más cómodo. Si no, siéntate en una silla donde puedas apoyar la espalda.

Conéctate a la tierra.

Retrae el aura o extiéndela hasta unos sesenta a noventa centímetros en todas direcciones, incluso bajo los pies. Ajusta como quieras los colores de los límites y las rosas.

Llama a los Emisarios Pleyadianos de Luz y al Maestro Ascendido Jesucristo.

Pide a los pleyadianos y al Cristo que te rodeen el extremo superior del aura con el Cono de Luz Inter-dimensional para despejar y conseguir el alineamiento divino.

Di a los pleyadianos y al Cristo, que vas a traer el cordón plateado y a activar el tubo de luz con tu Yo Superior. Pídeles ayuda por si necesitas despejar el camino.

Eleva los brazos sobre la cabeza e invoca a tu Yo Superior mientras declaras: «Pido a mi amado Yo Superior que coloque el cordón plateado de luz en mi aura. Estoy dispuesto a atraer plenamente mi divinidad hacia este cuerpo, cultivar la relación entre el cuerpo y el espíritu, a recibir iluminación y a prepararme ahora para la ascensión. Deseo trabajar contigo, amado Yo Superior, para que la unión del cordón plateado con mi cuerpo sea permanente». Por supuesto, puedes usar tus propias palabras; utiliza esta declaración ya preparada como guía o invocación, según lo prefieras.

Cuando sientas que la energía del cordón plateado te toca las manos que mantienes por encima de la cabeza, rodea con ellas el cordón de luz y suavemente tira de él llevándolo hacia la cabeza. Mantenlo allí hasta que lo sientas firmemente anclado y no se mueva cuando retires las manos. Respira profundamente para facilitar el proceso.

Una vez conectado el cordón de plata, pide a tu Yo Superior que llene el tubo de luz con tu propia luz y amor divinos desde el extremo superior del aura, atravesando el cuerpo y saliendo por el extremo inferior del aura. Inspira por la coronilla para absorber la luz y el amor de tu Yo Superior a través del tubo. Cuando espires empuja el aliento suavemente para que descienda por la columna y salga por entre las piernas hasta el extremo del tubo de luz. Continúa con esta pauta respiratoria, visualización e intención hasta que sientas, veas o percibas que el tubo de luz se llena de luz completamente hasta el extremo inferior del aura. Probablemente tardarás unos minutos. Junta las yemas de los dedos pulgar y corazón, con las palmas hacia arriba y las manos sobre el regazo para que se puedan anclar las energías en el interior del tubo de luz. Esta posición de manos es un mudra.

Di a tu Yo Superior que continúe llenando el tubo de luz y te ayude a mantener el alineamiento del eje divino en todo momento y sobre todo a mantener la energía fluyendo el tiempo que dure la meditación.

Quédate meditando el tiempo que desees pero, si es la primera vez que realizas esta meditación, que sea por lo menos diez minutos.

Di a tu Yo Superior cuándo piensas repetir la meditación y pídele que mantenga al máximo la conexión hasta entonces.

Abre los ojos despacio, manteniendo la conexión con el Yo Superior a medida que recuperas la conciencia normal de vigilia.

Después de practicar unas cuantas veces el Alineamiento del Eje Divino, puedes pedir a tu Yo Superior que haga fluir su energía y su luz por el exterior del tubo hacia uno o todos los chakras. Esto no sustituye al flujo de energía cósmica dorada a través de los canales y chakras del cuerpo.

Este proceso sana y despeja más profundamente que la meditación con el Yo Superior. Cuando la energía del Yo Superior fluye a través del cuerpo y de los chakras, activa cierto despejamiento, pero su función primordial es la de traer el Yo Superior a tu cuerpo y ayudarte gradualmente a llegar a un estado de identificación con tu propia divinidad, en lugar de con la personalidad basada en el ego.

El flujo de la energía de tu Yo Superior dentro y a través de los chakras acelera este proceso alineando y generando afinidad entre los chakras y tu objetivo superior, así como elevando la frecuencia vibratoria.

Esta meditación tampoco pretende reemplazar la primera meditación en la que tú y tu Yo Superior unís los chakras y os fusionáis el uno en el otro. Esa primera meditación genera una mayor intimidad y unión con tu Yo Superior, mientras que la segunda meditación sirve específicamente para ponerte en alineamiento con el eje divino dentro de tu holograma. Tú debes decidir qué meditación necesitas en cada momento aunque, como ya he mencionado, se recomienda que realices diariamente el Alineamiento del Eje Divino siempre que te sea posible.

Esto acelera el proceso de alineamiento vertical de tu eje divino en todo momento. Cuando llegue el instante en que el cordón de plata esté ya colocado al empezar la meditación, ve directamente a la parte relacionada con el tubo de luz. Al final, el cordón de plata y el tubo de luz estarán permanentemente activados, fluyendo en tu cuerpo y aura.

Haz que esta técnica de meditación sea lo más personal e íntima posible. Es fácil caer en una meditación mecánica y no reparar en las cualidades más profundas de conexión espiritual que intenta atraer. Esta técnica sin intimidad es como una relación sin amor. Enriquecerás la relación con tu Yo Superior tanto como el Yo Superior enriquecerá la suya contigo.

Llegará el momento en que tus distintas conciencias se fusionen y sean una de nuevo.

http://www.bibliotecapleyades.net/

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