lunes, 30 de enero de 2012

¡¡¡¡SE ABREN LOS ARCHIVOS!!!!




¡¡¡SE ABREN LOS ARCHIVOS!!!


Seguís buscando los Grandes Salones de Aprendizaje en un contexto  
tridimensional, y es por eso, en parte, que aún no habéis descubierto la  
cámara enterrada en el interior de la Esfinge de la Tierra. Tenéis la  
esperanza de abrir una puerta mágica y encontrar una biblioteca de  
volúmenes dorados que contienen todos los secretos de la creación Se alza  
el telón..., y la humanidad recibe las enseñanzas: las respuestas a lo  
desconocido. Sabed que esta imagen es muy ajena a la realidad que os  
aguarda cuando se descubran los salones simbólicos, los que vosotros creéis  
escondidos en las arenas donde se yergue la Gran Esfinge de Giza.

Si bien estáis aprendiendo genética y la matriz del ADN, y habéis empezado  
a descodificar la sabiduría secreta contenida allí, no os habéis dado  
cuenta del enigma de su inmensidad.

Oídlo otra vez ahora: la biblioteca cósmica está codificada en vuestro ADN.

Como es arriba, es abajo.
La matriz original del macrocosmos está enterrada en el microcosmos, y todo  
es infinito.
De la semilla, el despliegue; y del árbol la regeneración.


Tened en cuenta que vuestros dioses de la ciencia genética, apenas habiendo  
rozado la superficie, han reproducido la vida a partir de una matriz. Os  
han tomado el pelo con Dolly, la oveja clonada, pero tened la seguridad de  
que se hallan en curso trabajos mucho más intrincados de manipulación  
genética que, como sucedió en Atlántida, han creado muchas mutilaciones y  
mutaciones espantosas. Habéis contemplado el horror potencial de semejantes  
facultades en manos de aquéllos de intenciones oscuras.


Hitler sirvió a la humanidad como un estereotipo del ángel caído: una  
exhibición de los Anunnaki.

Dado el modo en que se desenvuelven las cosas en la polaridad de la  
realidad de la Tierra, no cuesta mucho imaginar por qué los secretos se han  
ocultado precisamente donde menos se os ocurriría mirar: en el interior de  
vuestras propias paredes. Es un lugar, por demás obvio, para enterrar un  
código: vuestro ADN, el arquitecto y receptáculo inteligente del  
conocimiento, que reside dentro de vosotros tan infinitamente como vosotros  
lo creéis afuera. Ni siquiera las palabras de los Maestros iluminados —Buda  
y el Cristo— fueron suficientes para mostrar el camino, pues no podíais  
concebir vuestra propia divinidad.


Fuisteis aleccionados para buscar vuestros milagros fuera de vosotros, en  
los dioses; siempre con el sueño de encontrar la olla de oro. ¿Os dais  
cuenta de que, según el mito, el «oro» está al final de un arco iris?  
Considerad el espectro de vuestra luz, vuestro sistema de chakras, y  
habréis encontrado otra llave para abrir el arca del tesoro.


¿Y qué hay de la gran cámara debajo de la efigie siriana, la Esfinge, el  
guardián de Giza?

Allí se encuentra el catalizador vibratorio necesario para recuperar los  
diez filamentos del ADN que los Anunnaki os quitaron cuando pusieron la red  
electromagnética alrededor del planeta. Ese catalizador ha de accionarse  
dentro de poco, y la alquimia comenzará una vez que el secreto sea  
revelado. No obstante, esta llave girará únicamente cuando un número  
suficiente de vosotros llegue al nivel de conciencia requerido para  
reintegrar el tercer filamento del ADN.


Una vez que entendáis cómo opera esto en los planos holográficos,  
desaparecerá vuestro deseo de penetrar físicamente en la esquiva cámara. En  
verdad, en vuestra apasionada búsqueda por resolver los misterios, cuidaos  
de no entrar en ese vórtice de ninguna manera, por cuanto sólo el Maestro  
Codificado será capaz de liberar las claves de los archivos; y tenéis que  
superar muchos obstáculos antes de que Ella (1) pueda mostraros el pasaje.


La enigmática Esfinge también se encuentra en el planeta Marte, en la  
región de Cydonia de ese planeta, y dado que refleja simbólicamente la  
escultura de la Tierra, ya estáis explorando la conexión existente y  
reconociendo el sincronismo de la aparición de la escultura marciana en  
este momento de vuestro despertar. Lo que aún os falta por descubrir es que  
debajo de la esfinge marciana existe un portal multidimensional cuya  
función es salvaguardar la activación de la cámara de Giza; y el Maestro  
Codificado enlazará el tercer elemento de la triangulación con estos dos  
vórtices.


Ella ya ha recibido los códigos de entrada y está siendo preparada para la  
Gran Apertura. Se está alistando para ayudar a encaminaros de regreso a la  
luz y, con la guía de los emisarios de luz de los reinos más elevados, ha  
estado preparándose activamente para cumplir con ese propósito durante  
muchos miles de años terrestres. En estos momentos, a medida que vuestro  
sistema solar entra en esta fase dinámica de su transmutación, ella  
activará las claves de Sirio de la ascensión universal.


Mientras os mostramos el nivel de interpretación que creemos que tenéis que  
contemplar en relación con las cámaras y construcciones situadas debajo de  
la meseta de Giza, en Egipto, y en la región de Cydonia, en Marte, os  
pedimos que tengáis presente la sabiduría esotérica del axioma «como es  
arriba, es abajo».

Debido a vuestros orígenes estelares ya vuestro anhelo subconsciente de  
regresar, pensáis relativamente poco en lo que sucede «debajo», ya sea en  
el interior de vuestro propio cuerpo o en el de Gaia. Sentís la tierra bajo  
vuestros pies como una certeza física, una delimitación, en tanto que  
tendéis a interpretar el más allá como una extensión de vosotros mismos  
hacia fuera y hacia arriba —la mirada puesta en las estrellas—, ignorando  
que por debajo y por dentro de vosotros sois palmo a palmo tan  
interminables y vitales como la infinita inmensidad de la galaxia.


Oráis a las cuatro direcciones de Norte, Este, Sur y Oeste, el sentido  
lunar horizontal; e ignoráis a menudo el plano solar vertical, que  
representa las direcciones de arriba, abajo y la dirección de adentro,  
donde se produce la intersección o cruz con el concepto bidimensional del  
centro, la absolución del equilibrio en el resplandor de la luz del alma.


Sugerimos que ajustéis ahora vuestros altares para honrar y vibrar en las  
siete direcciones:

Norte, Oeste, Sur, Este, Arriba, Abajo, Adentro.


Vuestros científicos, controlados por el gobierno, han encontrado una  
justificación muy conveniente para negar la vida en la galaxia: mediante un  
simple análisis de las condiciones atmosféricas de otros cuerpos  
planetarios y la aplicación de las fórmulas biológicas de la Tierra,  
deducen que no existen medio ambientes habitables fuera de Gaia.


Considerando que su capacidad exploratoria se limita aún a muy pocos  
planetas de vuestro sistema solar, su punto de partida es erróneo, porque  
no tiene en cuenta los niveles multidimensionales y asume que la vida  
tendría que desarrollarse sobre la superficie de un cuerpo celeste.


Debajo de la superficie de muchos cuerpos celestes, en todo el universo  
existe un número infinito de civilizaciones con toda su complejidad y  
diversidad de formas. En la vida bajo la superficie de Gaia proliferan  
colonias que han poblado muchas capas durante millones de años terrestres.  
El concepto de que haya vida bajo la superficie parece dejaros perplejos y,  
sin embargo, sois perfectamente conscientes de las especies del mundo  
animal, los reptiles y los insectos que penetran y hacen sus madrigueras en  
las cuevas y grietas de la Tierra.


No olvidéis que en ella abundan ríos, canales y pozos subterráneos. ¿Y no  
habéis descubierto que el agua es el requisito esencial para la vida?


La mayoría de los seres intraterrestres requiere muy poca luz para  
sobrevivir; hay vida sin la luz del sol, aunque para vosotros, hijos e  
hijas de las estrellas, eso sea inconcebible. La capacidad de la vida de  
adaptarse a las condiciones ambientales y de transmutarse en formas nuevas  
es uno de los ejemplos más profundos de vuestra propia inmortalidad.


Tampoco deberíais pasar por alto el hecho de que la mayoría de los  
gobiernos de vuestros países más desarrollados han creado complejos  
túneles, bases y zonas militares de lanzamiento subterráneos, muchos de los  
cuales ya están habitados y han funcionado eficientemente durante muchos  
años. Otros sirven de futuras estaciones de evacuación para los líderes  
mundiales y la élite militar como parte del plan de emergencia, en caso de  
que una tercera guerra mundial y final destruya las condiciones de vida en  
la superficie.


¿Suponéis que ellos saben algo más de lo que os dan a conocer?


Estáis recordando Atlántida en este momento porque ahora tenéis que  
expandir vuestra visión a fin de incorporar realidades posibles que habéis  
ignorado u olvidado. La Civilización Perdida existió verdaderamente en la  
realidad tridimensional: primero en la superficie de la Tierra y  
posteriormente, debajo; y muchas de las mutaciones creadas a través de su  
experimentación genética aún pueblan el interior de vuestro planeta.  
Igualmente, os recordamos que vuestros laboratorios biológicos generalmente  
están bajo tierra.


Ahora estáis volviendo a vivir la situación de Atlántida, ¿no?


Trazar este paralelo estimulará vuestra memoria ancestral, porque fue desde  
la estación subterránea de Marte que los Anunnaki planearon su invasión de  
la civilización atlante; más aún, os decimos en este momento que bajo la  
superficie marciana existe una civilización entera. Y el Gobierno Secreto  
también es muy consciente de eso.


Las estructuras de Marte han sido finalmente identificadas, y algunas de  
vuestras mentes más brillantes están cartografiando los mapas galácticos.  
Se está estableciendo el paralelo entre el paisaje de Cydonia y la  
triangulación de Stonehenge, Avebury y Glastonbury, en Inglaterra, y, en  
verdad, esto es un gran avance en vuestra visión cósmica. Habéis empezado a  
adentraros en los patrones geométricos de inteligencia esculpidos en el  
paisaje y, a medida que la geometría sagrada de Sirio revele los paralelos  
multidimensionales, se irán descubriendo los secretos de Marte.


Refiriéndonos nuevamente a la conciencia de la superficie ya las siete  
direcciones sagradas, llevamos vuestra atención a la Gran Pirámide de Giza.  
Su forma piramidal de cuatro lados en realidad corresponde a la mitad de un  
octaedro; refleja la vibración masculina, por cuanto apunta al exterior, de  
cara al Sol. La otra mitad del octaedro, la pirámide femenina, se extiende  
hacia el interior, apuntando al centro de la Tierra: el reflejo etéreo de  
la forma de arriba.


Dado que vuestra percepción de la pirámide se ha limitado casi  
exclusivamente al estudio de la mitad de su cuerpo etéreo —la mitad  
superior del octaedro—, nunca habéis podido descifrarla realmente, ni  
tampoco imaginar por qué o cómo llegaron los antiguos egipcios a tales  
extremos para crearla. El objeto de vuestra fascinación ha sido la  
estructura superficial, la mitad yang de la totalidad, en tanto que el  
misterio de los secretos más impenetrables de Egipto está en su unificación  
con el reflejo yin que yace debajo.


Ésta es la sabiduría —como se os ha mostrado una y otra vez— expresada en  
vuestros símbolos sagrados: el Tai-chi Tu, la estrella de seis puntas, el  
sol y la luna, y el árbol de la vida.


Si ahora visualizáis el reflejo de la estructura etérea que se extiende  
hacia dentro de la Tierra, y meditáis en la forma geométrica completa del  
octaedro, así como en las representaciones correspondientes de las  
direcciones contenidas en su interior, facilitaréis vuestra comprensión de  
la verdadera función de la Gran Pirámide, un prototipo de energía libre  
creado para prestar servicio a los seres conscientes de Gaia desde tiempos  
inmemoriales. Vosotros, líderes de la Era de Acuario, ahora estáis  
recibiendo el regalo de las claves de la geometría de Sirio, que os  
permitirán aprovechar la energía del acelerador en el momento que os estéis  
liberando para siempre de las limitaciones de vuestras jaulas  
tridimensionales.


Es sumamente importante que reconozcáis el octaedro como una representación  
geométrica de las siete direcciones. El séptimo punto, la intersección  
epicentral en el centro —el adentro—, es el corazón y el alma etéreos del  
Gran Octaedro. Es el dorje tibetano puro: el diamante por excelencia, la  
forma geométrica interior de la estrella tetraédrica entrelazada.


Tal vez nunca hayáis sabido buscar el corazón de la Gran Pirámide porque  
habéis estado indagando con los ojos físicos y oyendo la música equivocada.


Trazamos una correspondencia entre la posición de vuestro chakra de la  
corona y la ubicación de la cámara del Rey, o «sala del transportador»  
—como la llamaremos—, dado que se requería la activación de la glándula  
pineal del faraón para poder finalizar la activación del Gran Acelerador.  
Situado en el vehículo del «sarcófago» de granito, el faraón utilizaba el  
principio de activación del merkaba para hacer que la pirámide etérea  
femenina (magnética) bajo la superficie de la Tierra girara en el sentido  
de las agujas del reloj.


Al mismo tiempo, el cuerpo etéreo de la pirámide material masculina  
(eléctrica) en la superficie se activaba para girar en sentido contrario a  
las agujas del reloj. Cuando el tono vibratorio llegaba a la frecuencia que  
resonaba con el wam (la nota musical) del faraón, atraía la forma piramidal  
magnética etérea hacia arriba, hacia la forma masculina eléctrica.


Esto sucedía intradimensionalmente, con movimientos rotatorios opuestos,  
hasta que la fuerza de estos dos campos en interacción succionaba el fuego  
del kundalini de Gaia en una espiral que se elevaba desde su centro,  
atravesaba los canales de energía de los corredores y catapultaba al faraón  
a través de las barreras dimensionales de vuestro continuo espacio-tiempo;  
igual que vuestro propio cuerpo explota en un extático fuego del espíritu  
cuando la llama corre por las redes conductoras, activando vuestros chakras  
y luego resplandeciendo en la corona.


Ésa es la verdadera función de los corredores; vuestra comprensión de estos  
pasillos como indicadores de niveles de iniciación es exacta sólo en parte.  
La palabra «pirámide», del griego pyros (fuego) y mid (medio), describe  
este proceso; pero sin la imagen completa del octaedro y una mayor  
conciencia de lo etéreo, no podríais encontrarle sentido al misterio más  
impenetrable de vuestro mundo tridimensional.


El secreto del proceso de materialización (el descenso de regreso al  
cuerpo) consistía en invertir el proceso, de tal forma que lo masculino  
eléctrico giraba en el sentido de las agujas del reloj, y lo magnético  
femenino al revés, en el sentido opuesto a las agujas del reloj. La fuerza  
generada por las formas al separarse producía la materialización y, por  
consiguiente, el faraón retornaba de sus incursiones estelares a su  
carruaje de granito.


Cabe mencionar que el granito se utilizaba en el transformador por una  
razón muy específica: combina los elementos del cuarzo y el feldespato,  
minerales que conocéis como conductores de inteligencia intergaláctica. La  
naturaleza porosa de este conglomerado mineral hacía las veces de conductor  
que canalizaba la creciente energía del fuego, una vez que la fusión de las  
mitades magnética y eléctrica del Gran Octaedro había llegado a su clímax.


La tecnología de Sirio fue llevada a la Tierra por los Anunnaki, y todos  
los primeros faraones, los Guardianes de los Registros, conocían los  
secretos, pues ése era su legado. Nos permitimos sugerir que los faraones  
heredaron un conocimiento que les hizo posible utilizar la Gran Pirámide  
tal como vosotros utilizáis vuestros cohetes.


Tan sólo que ellos trascendieron las limitaciones físicas del espacio, en  
tanto que vuestros astronautas están evidentemente sujetos a la forma, pero  
esto se debe únicamente a que vuestros gobiernos todavía no han declarado  
todo. Como hemos mencionado, os dan con cuchara sólo lo que el Gobierno  
Secreto cree que sois capaces de asimilar, según sea conveniente para sus  
estrategias globales e intereses particulares.


Los ovnis (como los entendéis actualmente) utilizan el principio del  
merkaba: campos de energía en rotación opuesta que se funden entre sí. En  
los próximos años saldrá mucho a la luz acerca de discos giratorios y  
campos de energía rotatoria. Sabed que de los avistamientos reales de naves  
que se ven en vuestros cielos, muchos corresponden a experimentos de  
vuestros propios gobiernos y son el resultado de su interacción e  
intercambio con técnicos extraterrestres.


Otros son imágenes holográficas creadas para establecer un puente con  
vuestro cuerpo mental, y prepararos así para la fusión de realidades  
multidimensionales a medida que el sistema solar entero entra en posición.


Si entendéis el modelo de energía libre, os daréis cuenta de que no hay  
necesidad de naves espaciales. El cineasta Gene Roddenberry, creador de los  
legendarios hologramas de Star Trek, fue un canal que os mostró este y  
muchos otros principios valiéndose de la zona de seguridad donde os dais  
permiso para jugar con realidades probables en forma de ciencia ficción;  
sin embargo, os aseguramos que desmaterializarse no tiene nada de ficticio  
y es totalmente científico.


Este portador de luz, en su misión durante el período que pasó  
corporalmente en la Tierra, estuvo al servicio de vuestro propósito más  
noble, y su obra aceleró vuestra capacidad de percibir y aceptar la  
inteligencia extraterrestre como una proyección de vosotros mismos hacia lo  
que actualmente entendéis como el futuro.


La Gran Pirámide de Marte es una estructura de cinco lados. Se une a su  
complemento etéreo subterráneo de quince planos triangulares adicionales  
que forman un icosaedro, la representación platónica sólida del elemento  
del agua. Éste también es un transformador de energía en funcionamiento,  
pero en la actualidad no estáis lo suficientemente evolucionados como para  
entender cómo usarlo para reflejar los éteres y para doblar la luz a través  
de sus cámaras de reverberación de sonido.


Tenéis que dar un salto gigantesco cada vez.


Fotografías provenientes de las más altas fuentes gubernamentales, vuestras  
propias naves espaciales, también muestran formas piramidales de tres y  
cuatro lados que se levantan en el terreno marciano; no obstante, estas  
pruebas irrefutables de vida inteligente más allá de vuestro mundo apenas  
han llegado a los programas de noticias de últimas horas de la noche. Se  
está haciendo una gran labor para desacreditar el trabajo de quienes se han  
arriesgado a la pérdida personal ya la humillación profesional para llevar  
esta información al público, y os tratan como a niños crédulos si osáis  
creer en lo que perciben vuestros ojos, en lo que sabe vuestro corazón.


Desde el paisaje de Cydonia se proyecta una serie de mensajes codificados:

«En este planeta hay vida, hay agua y tenemos aceleradores de energía  
libre.»


Una vez que hayáis investigado exhaustivamente el magnífico trabajo de  
correlación que se está haciendo actualmente, descubriréis paralelos con  
las estructuras de la meseta de Giza, y también con los megalitos y las  
líneas telúricas de Gran Bretaña.


El paisaje de Cydonia pone abiertamente en evidencia que, al menos  
temporalmente, ha habido inteligencia en Marte; sin embargo, vuestros  
ingenieros espaciales se refieren a estas asombrosas imágenes como  
«ilusiones ópticas». Prefieren dirigir vuestra atención a sus  
espectaculares descubrimientos de formas bacterianas fosilizadas  
incrustadas, en lo que han denominado «el meteorito marciano», haciendo  
alusión al potencial de una condición preexistente para una forma muy  
elemental de vida en el planeta Marte.


Vamos, gente de la Tierra, ¿no es esto un insulto a vuestra inteligencia?


Os invitamos a que os cuestionéis por qué os distraen deliberadamente con  
tamañas banalidades, así como os animamos a que os rebeléis en contra de la  
desinformación que os mantiene aislados. Ha llegado la hora de reclamar  
vuestro derecho como miembros de la Familia Mayor, vuestro verdadero  
ancestro. ¡Una familia mucho más avanzada y viva de lo que las bacterias  
fosilizadas jamás hubiesen soñado posible!


Mientras los majestuosos monumentos sirianos y sus portales  
hexadimensionales miran abiertamente al espacio, vosotros estáis siendo  
dirigidos para que fijéis vuestra atención en una «roca marciana»,  
autorizados a contemplar (sólo remotamente) la posibilidad de que exista  
vida bacteriana más allá de la Tierra.


Reiteramos que, en verdad, existe vida inteligente bajo la superficie del  
planeta rojo, así como en la Tierra, y que vuestra élite de poder lo ha  
sabido desde mediados del siglo XX, cuando los científicos Tesla y Einstein  
recibían transmisiones abiertas de inteligencia extraterrestre con  
instrucciones para construir un acelerador de energía libre.


Sus experimentos son extensiones de ese conocimiento, pues a partir de  
vuestra segunda guerra global, hemos reconocido la situación de emergencia  
del planeta Tierra, y hemos estado proyectando activamente a la humanidad  
las facultades tecnológicas específicas que se necesitan para ayudaros a  
transitar suavemente por los ásperos contornos de los próximos veinte años  
terrestres.


Ese conocimiento os ha pertenecido desde mucho antes de la partida de los  
faraones, y se remonta hasta la Atlántida, cuando generadores mentales de  
luz iluminaban las ciudades de cúpulas y las pirámides de vuestros  
ancestros, y la clase sacerdotal viajaba en el tiempo a otras dimensiones  
ya otros mundos.


Hemos venido a ayudaros a recordar.

(1) Se refiere al Maestro Codificado, de quien se habla más en detalle en  
el capítulo X.
Extracto del libro: "El Cosmos de Alma".
Un despertar para la humanidad.
Capitulo IV - El Maestro CodificadoPatricia Cori.

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