jueves, 26 de enero de 2012

INVITACION A LA GRAN COMUNION PLANETARIA, UNIDOS EN EL CORAZON...


Invitación a la Gran Comunión Planetaria

Unidos en el Corazón del Creador

Es aquí y es ahora, hermanos y hermanas, que estas palabras llegan a  
ustedes por Voluntad del Creador, impulsadas y sostenidas por la Hermandad  
Blanca de la Tierra, de la Galaxia y del Cosmos. Reciben en cada una de  
ellas tal emanación de bendición divina que vuestras almas, vuestros seres,  
sienten en estos momentos algo especial, un presente del Amor para ustedes.  
Permitid que este abrazo os inunde, sane y reconforte en la ternura de  
nuestro corazón.

Llegamos ahora ante vosotros para presentarnos en Unidad. En diferentes  
tiempos y lenguas se ha enseñado que Dios, el Creador, el Gran Espíritu, el  
Ser Supremo que ha sido nombrado de tantas formas, es UNO con su Creación.  
Todos sus hijos, vosotros y nosotros, estamos dentro de Él, unidos a cada  
ser de la Creación a través de la chispa, la presencia, el espíritu, el  
latido de su corazón que llevamos en nuestro interior, también nombrado de  
mil maneras a través de las edades.

¿Cómo os podemos explicar esto? ¿Cómo transmitiros que cuando un ser  
despierta y se Une al Creador, se hace UNO con su Creación? ¿Cómo deciros  
que estas palabras están siendo dichas al mismo tiempo por los grandes  
Seres Divinos que en distintas culturas y creencias son guías de la  
humanidad, y por todos aquellos que ya han quitado el velo de sus ojos y se  
reconocen en comunión con sus hermanos y hermanas? ¿Cómo haceros sentir en  
Unidad?

Os lo expresaremos así: los seres superiores que sirven al Gran Plan Divino  
estamos ya en la Unidad Eterna, por lo tanto, aquello que uno de nosotros  
afirma y realiza, también lo sentimos y sostenemos todos los demás. Es  
cierto que contamos con características y labores que nos identifican y  
conforman, mas, al expresar el sentimiento, el pensamiento, la decisión de  
nuestro Creador, nuestra manifestación es en Unidad. Para nosotros la  
Realidad es solo una, la del Amor; la Voluntad es solo una, la del Creador;  
la Luz es solo una, la Divina

Sentid como en Unidad estas palabras nacen de Jesuscristo, la Madre María,  
Lady Rowena, San Germain, Asthar Sheran, el Arcángel Miguel, Sanat Kumara,  
el Consejo Cósmico, la Junta Karmica, los Hermanos Mayores Confederados,  
Adama, Hilarión, Krión, el Logos Solar, la Maestra Kwan Yin, los Ángeles  
Divinos, el Maestro Tibetano, el Arcángel Metatrón, la Madre Divina… y  
todos aquellos seres que se han entregado y son expresión de la Voluntad  
Divina. En la verdad de nuestra Unión, al sentir, escuchar y recibir a uno  
de nosotros, estáis recibiendo a toda la Jerarquía Cósmica de Amor. Somos  
UNO, y podéis nombrarnos como lo sienta vuestro corazón, elevando vuestra  
mirada, palabra y anhelo, a todos nosotros que vivimos en Un Solo Ser.

Al comprender la verdad de la Unidad de la Creación en las dimensiones  
superiores, os dais cuenta que vuestra labor, vuestra misión, vuestra  
evolución es aprender a sentir, a vivir, a estar en Unidad, en Común Unidad  
con toda la Creación Divina. Para ello tenéis que ir más allá de las  
formas, más allá de las palabras, más allá de la apariencia, y sentir la  
Esencia Divina que hay en cada ser, en cada hermano y hermana, y en cada  
manifestación de vida del Creador. Es a esta Comunión con nuestro Creador,  
manifestada en la Comunión entre vosotros, que hemos venido a invitaros. En  
el Amor, Sabiduría y Voluntad de Dios se ha manifestado el tiempo en que  
vuestra humanidad dará un paso más en su evolución, un paso de tan enormes  
proporciones que para vosotros es un honor y, por lo tanto, una misión  
trascendental. Para decirlo con palabras vuestras: Es un "pequeño" paso  
para la humanidad, pero un gran paso para toda la Creación.

En vuestro aquí y ahora están presentes ya las condiciones para lograr esta  
tarea. En la historia de la Amada Tierra es la primera vez que puede  
hacerse realidad la Comunión de vuestros corazones a nivel planetario. La  
labor de muchos de ustedes, y de muchos otros que no son visibles, ha  
sembrado semillas de Amor y Sabiduría Divina en cada una de las naciones,  
estados y lugares habitados que conforman vuestra organización como  
sociedades. Y la tecnología de la que ahora disponéis os hace posible  
comunicaros y organizaros de forma tal que os permite llegar y unificaros  
en palabra, imagen y vibración a casi cualquier rincón de vuestro planeta.

Imaginad un día, e imaginad una hora de ese día, en que todas aquellas  
almas, todos aquellos seres, que anhelan la Unidad con el Creador y con su  
Creación, con sus hermanos y hermanas, participan en una Gran  
Oración-Meditación-Comunión, con el único propósito de manifestar su  
voluntad, por libre albedrío, de ser, sentir y vivir en un mismo corazón,  
en una misma vibración, en un mismo Amor, el Amor de Dios. ¿Podéis ver la  
grandeza de esa hora? ¿Podéis comprender como se elevará la frecuencia  
vibratoria de toda la Amada Tierra y los seres que la habitan? ¿Podéis  
sentir la indecible ternura que nacerá de vuestros corazones al estar de  
nuevo en Comunión con toda la Creación?

En la voluntad divina habéis realizado ya experiencias de  
oración-meditación a nivel planetario, en las cuales personas y grupos han  
coincidido en un día y hora. Esto ha sido un gran logro para la humanidad,  
y este logro os abre ya la posibilidad de uno mayor: la comunión a nivel  
planetario, y al mismo tiempo, en un mismo instante, de un gran número de  
almas, de seres, de todos los lugares, culturas y grupos que, de forma  
personal o colectiva, decidan participar en la más grande manifestación de  
hermandad que ha visto vuestra Amada Tierra. ¿Os dais cuenta de lo que esto  
significa? ¿Veis lo que puede lograr? ¿Sentís como sois llamados desde los  
más profundo de vuestro ser a realizarlo?

Para ello tenéis que trascender toda apariencia de separación, llámese  
lugar, cultura, lengua, religión, rol social y de más categorías con que os  
nombráis; tenéis que poneros de acuerdo y unificar vuestros esfuerzos para  
enfocarlos en esta tarea; tenéis que ser una sola voz, una sola palabra  
invitando a toda la humanidad, ya todos los seres que habitan nuestra Amada  
Tierra en todos sus Reinos, a participar de esta Gran Comunión Planetaria;  
solo así, en la realidad de vuestras acciones podéis manifestar la Unidad  
de vuestro corazón.

El día que la infinita sabiduría divina ha señalado para esta Gran Comunión  
Planetaria es el 24 de Junio de este trascendental año 2012, por razones  
que solo el Creador conoce a cabalidad. Y el momento señalado es las 12:OO  
horas, según lo que llamáis el Tiempo Universal Coordinado (UTC). Os damos  
el momento preciso de la tarea, para que vosotros os enfoquéis en lo más  
importante: su realización. ¿Os dais cuenta como buscamos vuestra unión? Si  
queréis verlo así, es igual a cuando un padre y una madre, anhelan ver a  
sus hijos conviviendo en armonía y en paz, y procuran evitarles aquellas  
pequeñas diferencias que pueden limitar su crecimiento, estableciendo desde  
su Amor y Sabiduría lo que genere el bien más elevado para todos.

Es verdad que para algunas zonas horarias, como las llamáis, este momento  
definido por la sabiduría eterna puede corresponder a la madrugada, o la  
hora de los alimentos, o al momento de trabajo; en la inmensidad de la  
Tierra el mismo instante puede representar experiencias muy diversas para  
cada ser. Mas, he ahí la encomienda, la decisión, la voluntad de estar en  
comunión con vuestros hermanos y hermanas, suspendiendo, si es necesario,  
el reposo, el alimento, el trabajo, y cualquier otra actividad acostumbrada  
por vosotros en el día o en la noche. Solo por una hora, es a lo que os  
invitamos, aunque bien sabemos que una infinidad de almas decidirán, en lo  
profundo de su corazón, mantener desde ese instante la Comunión con la  
Creación para toda la eternidad; así, esa pequeña hora se convertirá en la  
puerta por la que entrarán a la Unidad con nuestro Creador muchos de  
ustedes. Lo dicho, hermanos y hermanas, un gran paso para toda la Creación.

Esta es nuestra invitación, expresada por los Corazones Unificados de todos  
quienes habitamos las dimensiones de Amor y Luz Divina. Hacedla suya y  
llevadla a toda alma, a todo ser que sueña con una Tierra unida en el Amor  
de Dios, con una Tierra Nueva. Y os pedimos, que al difundir estas palabras  
recordéis sus tres pilares esenciales:

· Invitad a todas las almas que evolucionan en la Tierra, no solo las  
humanas, sino a la de los Reinos que conviven con ustedes. Nuestros  
hermanos y hermanas que ahora se expresan como minerales, como plantas,  
como animales, como elementales divinos, y como tantas y tantas formas con  
que la Infinita Voluntad Eterna a llenado su Creación. Usad para ello todos  
los medios a vuestro alcance, desde la meditación profunda hasta vuestros  
más avanzados sistemas de comunicación masiva, todos. Que la invitación  
llegue a los más posibles, a todos los grupos, a todas las culturas, a  
todas las creencias, y que sea el libre albedrío de cada Corriente de Vida  
la que decida su participación.



· Invitad a estar en unidad, en común unidad, en Comunión con el Creador y  
su Creación, solo a eso. Serán diversas, bellas todas en esencia, las  
formas, plegarias, ceremonias, meditaciones, lenguajes, invocaciones,  
experiencias con que cada persona y cada grupo decidirá participar y  
mantenerse en comunión con sus hermanos y hermanas de la Amada Tierra, con  
nosotros y con toda la Creación. La esencia de esta hora bendita es que  
estemos Unidos en el Amor de Dios, y para ello solo basta con desearlo y  
realizarlo desde vuestros corazones.



· Invitad a mantener esta comunión de forma permanente en cada corazón que  
participe en ella. Quedaos en comunión, manteneos día a día, minuto a  
minuto, segundo a segundo, en cada instante, en comunión con vuestros  
hermanos y hermanos, con toda la Creación, con nuestro Creador. Esta hora  
bendita permitirá a toda aquella alma que así lo decida entrar a la  
frecuencia vibratoria a la que nombramos Unidad, y en la cual se siente el  
Infinito Latido del Corazón de Dios. Será vuestra voluntad seguir aquí.

Estos son los tres principios que sostienen esta invitación. Hacedla en el  
Amor de Dios y dejad que cada quien decida. Habrá quienes darán poca  
importancia a estas palabras que la Voluntad Divina pone en sus manos. No  
es preocupéis por ellos, tiempo llegará para otra oportunidad. Ocupaos más  
bien de hacer vosotros lo que os corresponde para que esta labor se haga  
realidad; y lo que os corresponde puede ser algo sencillo, o algo más  
complejo, toda colaboración es infinitamente valiosa, pues lo que realmente  
cuenta en la evolución de cada alma, de cada Ser, es que realice lo que le  
corresponde en el Gran Plan Divino, ni más ni menos.

En la medida de vuestras posibilidades llevad un registro de los lugares,  
las personas y los grupos que participarán en esta tarea a nivel  
planetario, para que podáis hacer consciente y comprender a nivel mental,  
lo que vais a sentir a nivel espiritual. Y tened en todo momento presente  
que quienes conformamos las bastas dimensiones de luz divina, estaremos en  
comunión con ustedes en la fecha y hora establecida. ¡Imaginad lo que esto  
significa! ¡Haremos realidad lo que durante tanto tiempo se ha anhelado y  
anunciado: la unión de los Cielos con la Tierra! ¡Enhora buena Amados  
hermanas y hermanos!

Lo que vais a sentir en ese momento será indescriptible, y vuestro ser  
querrá mantenerse en esta vibración de Unidad por siempre. Por ello os  
invitamos a realizar periódicamente esta Gran Comunión Planetaria, para  
fortalecer y expandir más y más este sentimiento en toda la Tierra. Para  
ello, os ofrecemos dos fechas más en las que os invitamos a manifestar  
nuestra Unión: 23 de septiembre y 23 de diciembre de este maravilloso año,  
también a las 12:OO horas UTC. Será vuestra voluntad y el anhelo de vuestro  
corazón quien determinará si lo hacéis realidad, y las fechas siguientes en  
que se continuará con esta labor han de surgir de vuestra Unidad. Siguiendo  
el ejemplo del padre y la madre amorosos, es necesario para vuestro  
crecimiento, para vuestra evolución, permitid que aprendáis a poneros de  
acuerdo como hermanos y hermanas que sois, y mostrar en vuestras actitudes  
y acciones que sois hijos de un mismo Creador.

Y tal vez os preguntáis la razón por la que en este mensaje no figura el  
nombre de quien lo ha recibido y hecho llegar a ustedes; si es así os  
pedimos ir un poco más allá y comprender que en la Sabiduría Divina lo  
importante es el propio mensaje, la vibración que lleva, la evolución a la  
que invita e impulsa. Aún nosotros somos solo puertas abiertas por las  
cuales el inmensurable Amor de Dios llega hasta ustedes, somos solo  
mensajeros, hermanos y hermanos vuestros que ahora tenemos la invaluable  
oportunidad de serviros. Esta es la razón por la que siempre se os ha  
pedido que no alabéis a quienes somos, a nuestra imagen, alabad solo a Uno,  
a Dios, a nuestro Creador, que mora en vuestro y en nuestro interior.

Mas, si fuese necesario decir el nombre de quien ha servido de mensajero en  
esta ocasión, decid que fue Juan, el joven que en una fabrica se esfuerza  
por llevar la comida a sus niños; y que fue Elena, la mujer que en silencio  
busca sanar sus heridas y estar en paz; y que fue Omar, quien con su  
alegría intenta que aquellos niños sonrían; y que fue Ana, la niña que hoy  
a orado para que su papás no discutan más; y que fue Don Roberto, quien  
abraza a sus nietos y les cuenta una historia, para que no llegue a sus  
oídos el ruido de la guerra; y que fue Esperanza, quien ha decidido meditar  
todos los días para ayudar a la humanidad; y que fuiste vosotros, quienes  
en algún momento de vuestra soledad anhelasteis sentiros unidos a Dios y  
soñasteis con esta invitación; decid que quien ha recibido y difunde este  
mensaje es toda la humanidad, pues en la realidad de la Unidad de toda la  
Creación esta es la Verdad.

Sea pues, la invitación esta hecha, y como en toda gran celebración os  
corresponde a cada uno decidir aceptarla, es su derecho; y es nuestro  
anhelo verlos aquí, con nosotros, Unidos en el Amor de Dios a todos y cada  
uno de nuestros hermanos y hermanas que habitan nuestra Amada Tierra. ¡Qué  
así sea, qué así sea, y cumplamos con la parte que nos corresponde!

¡Recibid nuestro dulce y cálido corazón!

Hermandad Blanca de la Tierra, de la Galaxia y del Cosmos.

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