lunes, 28 de marzo de 2011

LA MENTE REVISADA, EL CURSO DE LOS MILAGROS...

 
LA MENTE REVISADA
 
         INTRODUCCIÓN
 
            La llamada al despertar proviene de la profundidad interior. Es la invitación a una aventura como ninguna se haya ofrecido jamás al mundo. El siguiente diálogo tiene como foco el despertar de la mente.
            Este diálogo es representativo de este propósito. Este es uno de los muchos diálogos en los que David se ha comprometido con la intención de desvelar creencias que parecen obstruir la conciencia de la presencia del amor. El extiende igualmente, claridad y profundidad. Desde 1990, él ha viajado por todos los EEUU y Canadá, manteniendo conversaciones muy abiertas en las que ninguna pregunta, preocupación o tópico, quedaban “fuera de límites”. Estos diálogos han incluido metafísica no dualista y, a menudo, se asemeja a un tipo de psicoterapia en la que los problemas y cuestiones cotidianos fueran rastreadas hasta el falso sistema de creencias de la mente, donde la corrección es posible aceptando una sanación a través de un milagro.
            Aunque estos encuentros toman diferentes formas (por ejemplo, charlas, clases, talleres, retiros de fin de semana, consultas y retiros más largos en casas, iglesias, jardines, librerías, etc.), el propósito ha permanecido invariable para aprender el verdadero perdón y el estado de iluminación.
            LA SEPARACIÓN DE LA MENTE
            Enseñando eso, uno puede reconocer la verdad como lo único que hay y despertarse ahora, lo que se enseña es simplemente un reflejo de claridad de mente. Esta es una experiencia y una presencia viva, más que simplemente una representación de ideas.
            Como mensajeros de Paz, servimos como compañeros poderosos para cada uno y reconocemos que el despertar no es una tarea casual, sino  que demanda un compromiso inflexible. La profundidad de la discusión refleja nuestra voluntad de cuestionar todas nuestras suposiciones, directa e inmediatamente. Puede que se considere radical o extremada y desde el punto de vista del mundo, lo es. La total transformación de la mente se aborda con una pasión y una devoción y un ardiente deseo que procede del interior. Este es nuestro objetivo unificado y nuestro propósito.
            Ha llegado la hora de despertar. El tiempo de las palabras y los conceptos está casi acabado. Ahora buscamos la experiencia directa del Amor de Dios. Con agrado, abandonamos las técnicas y repeticiones y los rituales y así nos encontraremos con Dios en el Silencio de nuestros corazones. Lo que pensamos que sabíamos de Dios era un error. Y así venimos ahora con las manos vacías y los brazos abiertos, conscientes de que no conocemos el camino hacia Dios y, sin embargo, seguros de que Dios nos mostrará ese camino.
            Al mirar a nuestro alrededor, vemos que nuestros poderosos compañeros se han reunido a nuestro lado para la última ascensión hacia Dios. Un amigo es un amigo en el Señor. La bienvenida nunca terminará en la Faz de Cristo. La relación santa ha venido hasta nosotros y nos llena de gozo y gratitud. Los testigos del sueño feliz se ven por todas partes, en cualquier dirección que miremos y en todo momento. La manta de Paz se ha extendido por toda la faz de la Tierra. La tranquilidad fluye para sus participantes.
            No queda nada que hacer sino celebrar, regocijarse y bendecir. Todas las baratijas del mundo, que una vez nos deslumbraron, no tienen ningún valor ante la inmensidad de esta experiencia del presente. Todas las ambiciones y luchas para empresas futuras se han desvanecido. Toda curiosidad acerca del mundo se ha acabado. Descansamos en un silencio tan profundo e inconmensurable, que el tiempo transcurre sin que nos toque. Escuchamos, oímos y nos regocijamos.
            Este escrito es meramente una colección de palabras. No es nada por sí mismo. Que sus palabras sean un reflejo de la inspiración dentro de ti, la llamada al despertar y a estar contentos. Que se acelere tu camino hacia la Paz, gozo y felicidad eterna. Y que experimentes eso de lo que no podemos hablar, pero que te pertenece con sólo pedirlo.
            La mente no puede dejarse atrás porque está en todas partes. Verdaderamente, se puede dejar atrás todo en este mundo, pero no se puede dejar lo que uno es. Dado que la mente lo abarca todo, no se la puede limitar. La mente puede parecer que duerma y sueñe, pero nunca puede ser lo que no es. Mientras parece dormir, lo único que le queda hacer a la mente es cambiar el sentido de sí misma y despertarse. Este debate entre David y algunos amigos se centra en el cambio de mentalidad que es necesario para reconocer la iluminación. Se hace evidente que esto requiere un cuestionarse concienzudamente sobre todos los obstáculos para llegar a la consciencia de la presencia del Amor, un revisar la mente.
            David: La Verdad está dentro de la mente. Sin embargo hay un sistema de creencias que produce decepción, un estado de inconciencia que obscurece la conciencia de la Verdad. Tenemos una oportunidad, en una forma profundamente significativa de reunirnos y mirar con calma todos los obstáculos hacia el Amor y pedir al Espíritu que nos ilumine. La mente que se percibe a sí misma como que existe dentro de un mundo de dualidad, funciona siempre desde un sistema de creencia dualístico. Cuestionando continuamente este sistema de creencia dualística, a menudo se percibe como desasosegado y sobrecogedor; sin embargo, este cuestionarse es necesario si uno ha de conseguir un constante estado de paz.
            Hay solamente un espíritu, pero parece haber muchos pensamientos, emociones y percepciones para ocultar la conciencia del Espíritu. Todo son tentaciones para olvidar al Ser y a Dios. Si se les da fe a estas ilusiones, no hay voluntad de cuestionarse las falsas creencias subyacentes en la raíz de toda falsa percepción. Es muy importante para nosotros  tener una mente abierta y estar dispuestos a permitir que el Espíritu desvele esta falsa creencia.
            Lo que me gustaría hacer hoy es hablar sobre las ideas reflejadas en un Curso de Milagros, una escritura contemporánea y una herramienta práctica para la transformación de la mente, que puede ser de enorme ayuda para alcanzar la claridad. El Curso está concebido para que experimentemos una paz interior duradera. No es un simple libro que tengamos que estudiar, del que tengamos que hablar, analizar o ritualizar, en el sentido de convertirlo en otra teología o religión. El mensaje del Curso, el mensaje que yo estoy compartiendo con Uds., es la Verdad que está dentro de Uds. Y esa consistente paz mental es un objetivo que Uds. pueden y deben obtener inevitablemente. Es una paz que viene de estar sintonizados con esa Voz calmada de tu interior y de deshacerte de esa otra voz en la mente errada del ego, que es la voz del conflicto, del miedo y de la muerte. En ese sentido, el Curso puede resumirse así: hay dos voces en la mente errada, y este es un curso para aprender a escuchar sólo la voz que habla por Dios. La Voz de la Paz y, así, acabar con el error. A esta voz de Dios o de Paz, podría llamársele nuestra propia intuición o Guía Interior. En el Curso se le llama “El Espíritu Santo”, ya que se utiliza la terminología cristiana. Si uno viene de una educación cristiana, puede que se sienta cómodo con los términos “Espíritu Santo”, Jesús, el Dios Padre o El, Poder Superior. Lo que queremos hacer es ir más allá de las palabras, que son formas, e ir más profundo. Queremos unirnos en una intención de experimentar claridad de mente y paz.
            Mientras leo aquel pasaje, pienso en lo que enseña Jesús en la Biblia: “El Reino de los Cielos está al alcance de la mano”. Piensa acerca de esta frase y piensa cuán cerca está una mano. Es sólo un símbolo de que el Amor está siempre presente y muy cercano.
            Llamar a Dios Padre amoroso es, también, un símbolo. Dios no es ni masculino ni femenino. Esos son términos de este mundo de forma y dualidad. El Espíritu no sabe de géneros. Para referirse al Espíritu, eterno e inmutable, sin embargo, Jesús usaba símbolos de palabras y conceptos que le eran familiares a la mente errada. Así pues, cuando Jesús dice que “El Reino de los Cielos está al alcance de la mano”, Él, realmente, no nos está guiando al momento presente y a la realización de que ahora mismo, en este mismo instante, uno es perfecto. No se trata de construirse y mejorarse a sí mismo.
            No importa cuán mejorado e inflado parezca estar el ser limitado, no será jamás el Ser Eterno e inmutable que Dios creó. Debemos estar alerta ante la trampa de pensar que la felicidad, la paz mental y la salvación se encuentran en algún lugar del futuro. El concepto lineal del tiempo es parte del sistema de creencias dualísticas que debe ser cuestionado. Hay un gran gozo y contentamiento en la experiencia del instante  santo, AHORA. Dios no se nos está resistiendo ni nos está mostrando una zanahoria de paz eterna, delante de nuestros ojos, diciendo:”Aquí está el cielo, sigue tratando de alcanzarlo....uf!, se te escapó de nuevo”. La Iluminación está aquí, aquí ahora, para  la mente que está preparada, abierta y deseosa de reconocerlo.
Pregunta: Si la iluminación está tan cerca, ¿por qué  el reconocerlo parece como una gran lucha?, ¿por qué continuar sintiéndome culpable, temeroso, ansioso y deprimido? Y ¿por qué continuar repitiendo el mismo tipo de patrón de comportamiento una y otra vez?
David: Sobre eso es sobre lo que quiero que hablemos hoy. Si la verdad es inmediata y está aquí mismo ahora, al alcance de la mano, por decirlo así, entonces lo que necesitamos hacer es mirar a lo que está bloqueando a la verdad de la conciencia. A lo que se interpone en el camino de la simple aceptación de nuestra felicidad. Queremos examinar qué es lo que impide que experimentemos los sentimientos de paz y gozo y amor de manera conscientemente permanente.
            La enseñanza del Curso es que el Amor es todo lo que hay. Dios no tiene nada que ver con el miedo. Dios no tiene nada que ver con la enfermedad, el sufrimiento, la ansiedad, la depresión y todas las diferentes formas que el miedo puede adoptar. “Dios”, “Verdad”, llámalo como lo llames, es Espíritu y nuestra esencia; nuestra verdadera identidad es Espíritu; Jesús enseña: Tu eres el hijo viviente de Dios. Eres el Cristo pero has olvidado tu identidad. Te has dormido y has tenido un sueño en el que  crees que no eres lo que fue creado, “a imagen y semejanza de tu Padre”. En su lugar, tú crees estar en un cuerpo diminuto rodeado de un vasto mundo, a merced constante de fuerzas externas. Parece que tienes que estar protegiendo tu cuerpo constantemente. Parece que luchas para sobrevivir, una lucha para mantener el cuello fuera del agua, por decirlo de algún modo. Esta falsa percepción es el resultado de un sistema de creencias falso, sostenido en la mente, basado en la creencia de la separación de Dios.
            Si ese no es nuestro habitual estado de mente, nuestra experiencia presente, entonces hay un sistema de creencias en el que estamos invirtiendo y que necesita ser cuestionado. Únicamente existen dos sistemas de pensamiento en la mente errada. Uno de ellos es el del Espíritu Santo que es el sistema de Pensamiento del Amor. El otro es el sistema de pensamiento del ego, basado en el miedo. Querer mantener en la mente dos sistemas de pensamiento irreconciliables es intolerable. La mente errada intenta proyectar la brecha de la separación sobre la pantalla del mundo. Así es como el mundo de la dualidad parece tener existencia. Así, pues, en vez de, simplemente, ver la separación donde realmente está, en la mente, la mente que duerme la ve en el mundo (ejemplo: las dualidades de rápido y lento; caliente y frío; hombre y mujer; bueno y malo; etc.) Este mundo es, por lo tanto, un intento de evitar ver que la separación está en nuestra mente. Nuestra charla de hoy se enfocará en la idea de que no hay ningún problema aparte de nuestra mente y en que la única solución al único problema está dentro de nuestra mente y está disponible en este instante.
Invito a todos a hacer cualquier pregunta. Recuerden, nuestro propósito es adentrarnos en esta empresa juntos y tomar conciencia de que todos los problemas y preocupaciones reflejan la única falsa creencia del sistema del que  proceden. Juntos y unidos con el Espíritu Santo podemos ver su irrealidad. ¿Hay alguna otra pregunta sobre esta sipnosis que acabamos de dar?
Pregunta: Si nada irreal existe, ¿qué existe?
David: Dios y todo lo que proviene de Dios existe. Así pues, Cristo es su Hijo creado, tiene existencia. Cristo es el Pensamiento de Dios. Dios se extiende a sí mismo en su Hijo “a su imagen y semejanza”, lo que se traduce en un mismo Pensamiento y una misma Calidad. En un Curso de Milagros, Jesús tambien dice que el Hijo de Dios tiene creaciones y posee poder para crear ya que Dios dio a su Hijo habilidad creadora. Así que las creaciones del Hijo de Dios también tienen existencia.
            Sin embargo, podemos hacer una distinción entre la definición del mundo para lo que es la creación y lo que Jesús llama “creación”. El cosmos espacio-temporal, el mundo y los cuerpos que parecen habitar el mundo son proyecciones de formas de pensamientos temporales y cambiantes que Dios no creó. A estos, por tanto, se les llama creaciones falsas. Inducir a la mente a abandonar sus creaciones falsas es la única aplicación de la habilidad creadora que es verdaderamente significativa. Hubo una vez, cuando estas formas de pensamiento parecían comenzar y habrá un tiempo cuando parezcan acabar. Ese tiempo es ahora si uno así lo elige. Este final ya ha sucedido  a través del Espíritu Santo. La ilusión lineal tiempo-espacio se ha corregido. Aceptar la explicación o corrección para todos los pensamientos falsos parece ser sólo cuestión de tiempo. Es una elección presente que acaba con toda elección.
            El Cosmos y el mundo de los cuerpos son la creencia en un sueño ilusorio. El Espíritu, como contraste, es eterno e inmutable. El Espíritu procede del Espíritu en una línea continua de creación. Dios es Espíritu; el Hijo de Dios es Espíritu; las creaciones del Hijo de Dios son Espíritu. El Espíritu, sin embargo, no tiene nada que ver con el mundo que se percibe a través de los cinco sentidos del cuerpo, incluyendo el cuerpo  mismo. Cuando el Curso dice que “nada irreal existe” se refiere al proyecto irreal tiempo-espacio, cosmos-mundo, de cuerpos, de planetas, estrellas, agujeros negros, galaxias, etc. Jesús contrasta el Espíritu eterno, que es Dios, con el Universo espacio-temporal que es el ego.
Pregunta: ¡Bueno! Cuando miro las estrellas y veo la inmensidad de este Universo físico, veo montañas, veo océanos, veo continentes. El Universo material parece bastante grande para algo que parece no existir.
David: Todo eso es testimonio del poder de nuestra mente, del poder que la mente da a una creencia irreal. En la Biblia, el Génesis dice que Dios creó el cielo y la tierra. En contraste, Jesús en su Curso, según he reseñado, reserva el término creación para lo perfecto, lo eterno e inmutable. El ocaso de la Humanidad hace referencia al mundo de la dualidad dentro del cual la Humanidad parece luchar por la supervivencia. El mundo es, simplemente, la proyección de una creencia irreal: el ego. En otras palabras, esta inconsistente idea o esta creencia en la separación de Dios, fue una idea increíble, ridícula. El cosmos-mundo parecía levantarse como un lugar donde ocultarse de Dios, creado por la mente que creía en la separación, idea de la que olvidó reírse.
De nuevo, la distinción entre lo que existe y lo que no es la distinción entre lo eterno y lo temporal. Nada que sea temporal, incluyendo la diminuta idea loca y todo lo que parecía brotar de ella,  existe. Todo lo que es eterno o de Dios existe y tiene realidad.
Pregunta: Realmente no quiero atascarme en esto demasiado tiempo porque hay muchos temas que abordar, pero estoy buscando el origen del ego. ¿Qué era, originalmente? ¿De dónde vino el ego?
David: Si hubiera respuesta a la pregunta de donde viene el ego, le daría realidad a lo que no tiene realidad. Si el ego tuviese una fuente, entonces sería real. Y así, hacer esta pregunta significa asumir que lo imposible sí sucedió y miramos al pasado buscando una respuesta. La experiencia de la Respuesta está dentro de nosotros en este momento. Búscala aquí y ahora. En términos prácticos, este tipo de preguntas es simplemente una táctica dilatoria del ego para evitar la Corrección del momento presente, que permanece en nuestra única y propia Responsabilidad. Una experiencia es posible ahora en la que se ve que lo imposible no sucedió. ¿Por qué mirar al pasado? Incluso la Historia no parecería existir si no estuviésemos continuamente cometiendo el mismo error en el presente. Donde quiera que busquemos una respuesta histórica o una teología para explicar lo imposible, simplemente estamos alerta de que es una maniobra de dilación. Recuerda ahora mismo, en este mismo momento existe la oportunidad de ser completamente absuelto de la culpa y del miedo, completamente sanado para siempre. Recuérdate a ti mismo “no quiero imaginar cómo sucedió lo imposible ya que no puede imaginarse. Lo que quiero es sanar, quiero aceptar la Expiación para mí”
Pregunta: Aún estoy desconcertado acerca de nuestras creaciones, ¿qué son? Nosotros creamos desde Dios, de Dios aquello que es real. El Curso reiteradamente nos habla sobre lo que creamos y hay una pregunta que se me presenta insistentemente: ¿qué es exactamente lo que creamos?
David:  En el texto, Jesús se refiere, muchas veces, a las creaciones. Sin embargo nunca entra en la descripción de estas creaciones en ningún detalle específico, excepto para explicar que permanecemos inconscientes de ellas hasta que verdaderamente recordamos a nuestro Ser como al Hijo de Dios. Intentar imaginar lo que podrían ser, es imposible ya que la imaginación está todavía dentro de los dominios del ego y estas creaciones no lo están. La imaginación conlleva imágenes. La Creación, no. No hay referencias específicas a qué son “las creaciones”, porque no son concretas ni específicas, dado que son abstractas.
Pregunta: Así, en realidad, se crean en Espíritu, invisibles a nuestros ojos en este momento. Pero quizá, en nuestro devenir, se nos darán a conocer.
 
David: Incluso en el uso de la frase “en nuestro devenir”, debemos aclarar lo que eso significa. Estas creaciones se nos revelan cuando uno despierta del sueño del mundo. Sin embargo, la percepción ha de despejarse, por decirlo así, antes de que verdaderamente podamos conocer algo. Cuando hablamos de devenir, a menudo se asume que la vida que uno parece estar experimentando en el cuerpo es realmente La Vida. Por ejemplo, la afirmación: “En el curso de toda una vida.... nacemos, crecemos, envejecemos y al final morimos”, asume que la vida es del cuerpo cuando, en realidad, La Vida es un simple estado de mente. Conceptos tales como “haciendo nuestra propia transición” o “devenir” todavía conlleva componentes lineales espacio-tiempo. Toda Vida es UNA,  como la Mente es UNA. La Vida es estar con Dios en el Reino de los Cielos. La Vida es Ser. En términos del mundo, algunos individuos parecen haber tenido atisbos o reflejos de Vida, momentos de gozo sin razón aparente. Cuando uno está conectado escuchando esa Voz silenciosa en su mente, cuando uno está en su mente recta, eso es un reflejo de Vida. Cuando uno escucha al ego, cuando se está en la mente errada, eso es muerte. La Vida es eterna y no tiene nada que ver con el tiempo. Eso es muy diferente de las definiciones del mundo de vida y muerte (de cuerpos, plantas, animales, organismos, etc, que viven, crecen se apagan y mueren con el tiempo). El curso eleva estas definiciones del nivel de la forma al nivel de la mente. En el nivel de la mente, tanto la muerte como el reflejo de la Vida son propósitos.
Pregunta: ¿Es posible conocer nuestras creaciones en la forma?
David: De nuevo, las creaciones de Dios y las creaciones del Hijo de Dios no tienen nada que ver con formas e imágenes. Lo que el Curso llama “el mundo real” es la experiencia que se tiene cuando  las imágenes o la percepción se vuelven verdad con la mediación del Espíritu Santo. El mundo real es la percepción del mundo del Espíritu Santo, o lo que llamamos el mundo perdonado. Esta es la piedra angular metafórica en lo que parece ser el regreso a Dios o al Conocimiento o a la Creación. La verdadera percepción, o el mundo real, conduce a Dios o Verdad. Cuando el Hijo de Dios pareció dormirse y caer en un sueño de separación, la respuesta que Dios dio fue el Espíritu Santo. El Espíritu Santo tiene un propósito para el sueño que trae consigo la Visión de Cristo.
En la Biblia está escrito “ Lo que sembrares, recogerás”. Por la manera en que este mundo está organizado, esta Ley se traduce como : lo que quiera que la mente piensa, sienta y y crea sobre sí misma, el mundo lo corroborará o traerá testigos para que lo hagan.  La mente que invierte en el ego se siente culpable pensando que en realidad se separó de Dios y por lo tanto, da lugar a escenarios y guiones y escenas del mundo que atestigüen esta culpa. Abuso, negligencia, victimismo, enfermedad, dolor y sufrimiento son todo interpretaciones del mundo que están basadas en la creencia de que estamos separados de Dios.
Una analogía con un  proyector de cine o un teatro puede ser de gran utilidad aquí. En la sala de proyección, dentro del proyector, está esta luminosa brillante y radiante luz. Esta es la gran metáfora para el Espíritu Santo. Esa brillante luz parece pasar a través de la película que está rellena de muchas imágenes oscuras. Llamaremos a esas imágenes “pensamientos de ataque” o “pensamientos del ego”. Al proyectarse estos pensamientos, lo que parece producirse en la pantalla del teatro son sombras. Para la mente que contempla la película, estas sombras parecen tener significado. Sin embargo, el único significado que la película parece tener es el que le da la mente, que simplemente ha olvidado que lo que ve es sólo una película. Se ha identificado con las figuras de la pantalla y el pensamiento de sí misma como una persona entre otras personas.
El mundo que percibimos a través de los ojos del cuerpo y oímos a través de los oídos del cuerpo es, también, una pantalla de imágenes. El mundo es sólo un sombrío reflejo de los pensamientos de ataque en la mente errada. Si uno se hace consciente de estos pensamientos de ataque y está dispuesto a soltarlos y reemplazarlos por pensamientos claros y reales, entonces estamos dispuestos a limpiar la película, por así decirlo, y permitir que la luz brille más. Cuando esto sucede, la pantalla se va a iluminar cada vez más. El mundo reflejará la luz que está en nuestra mente.
Cuando la mente comienza a abandonar el sistema de separación del ego, se abre al sistema de pensamiento del Espíritu Santo, que es la memoria de Dios en la mente errada. Este es un sistema de pensamiento que refleja amor y ofrece una interpretación del mundo completamente diferente. Cuando la mente abraza los pensamientos del Espíritu Santo, el mundo ofrece testigos a ese amor. Cuando se acepta al Espíritu Santo, el mundo, que fue una vez visto como un lugar de matar o ser matado, de violencia, de competición y de desigualdad, se llena de milagros – testigos de totalidad y finalidad. Sólo entonces es posible experimentar la paz, alegría y felicidad del perdón, lo que Jesús llama “el mundo real”.
Pregunta: ¿Qué hay de ese mundo real o perdonado? ¿Qué tengo que hacer para ver el mundo perdonado que el Espíritu Santo ve?
David: Uno tiene que estar dispuesto a dejar de juzgar o, más exactamente, a ver la imposibilidad de juzgar. La razón de que uno parece experimentar calor y frío; dolor y placer; enfermedad y salud; guerra y paz; muerte y vida y todas las variaciones, grados y extremos del mundo, es simplemente debido al juicio. El juicio rompe y fragmenta. Déjame usar el pensamiento de unidad como contraste. Solo piensa en la palabra “unidad”. Uno. Unicidad. Unión. Una continuidad imposible de quebrar. El círculo es un gran símbolo de unidad; sin comienzo ni final, sin dualidad, sólo uno. La mente errada mira alrededor del mundo, el mundo percibido a través de los sentidos del cuerpo y de las experiencias de fragmentación y dualidad. ¿Cómo se reconcilia la dualidad con la unidad? No se puede, ya que son irreconciliables. La función del Espíritu Santo es traducir la dualidad o percepción errónea en percepción verdadera o sanada, que es el puente a la Unidad o Unicidad. El Espíritu Santo, una creación eterna, funcionando como la memoria de Dios en la mente dormida, ve que el pensamiento de dualidad es falso. Por lo tanto, es el Espíritu Santo quien es el puente de regreso a la verdad, a la realidad o a Dios.
Eso puede parecer  mucha metafísica, así que usemos un ejemplo concreto para ganar visión interna acerca de la percepción. Todos hemos tenido alguna vez la experiencia de un amigo que nos recomienda una película diciendo “tienes que ver esta película. Es la mejor”. Tan pronto como puedes ves la película y después piensas que no debes haber visto la misma película. No entiendes cómo tu amigo se refirió a ella como “la mejor”. Tú tienes una percepción muy diferente de la película.
Cuando realmente comenzamos a mirar de cerca a la percepción, lo que encontramos es que dos personas no van exactamente al mismo mundo. Todo parece relativo y nada parece durar para siempre en este mundo. Dentro de un mundo de dualidad, un mundo de irrealidad, no hay un acuerdo universal. Parece como si algunas percepciones tuviesen elementos comunes. La gente puede parecer dispuesta a estar de acuerdo, por ejemplo en el color de la hierba o del cielo. Sin embargo, incluso en estos acuerdos existen discrepancias. Cuando realmente se explora el tópico de la percepción, se vuelve más obvio que cada uno ve un mundo diferente, basado en la interpretación subjetiva. Aquí es donde entra todo el conflicto. Nada en un  mundo de subjetividad y percepción relativa puede compartirse plenamente. Solo las ideas verdaderas, las ideas de Dios, que no son de este mundo, pueden compartirse.
La buena noticia es que todo está bien. Puedes estar tranquilo con la idea de que lo que se ve con los ojos del cuerpo no tiene ningún sentido porque el verdadero significado y la felicidad están más allá del cuerpo, dentro de la mente.
Cuando la percepción está retorcida y distorsionada, el dolor, la angustia, gran cantidad de disgustos parecen experimentarse. Por lo tanto, el intento de reconciliar lo que es percibido a través de los sentidos del cuerpo con paz, felicidad y alegría, es imposible. La paz, la felicidad y la alegría caracterizan al Espíritu de Dios que está en el interior del Silencio.
Todo el mundo parece ver el mundo de modo diferente; abundan las opiniones y las perspectivas variadas. Un primer paso para conseguir la paz mental es traer de vuelta muchos problemas aparentes del mundo y admitir que uno tiene un problema de percepción. El primer paso es estar abierto a la idea de que todos los acontecimientos que parecen estar sucediendo en el mundo, las guerras, las competiciones y los conflictos son sólo el reflejo de nuestra propia mente. Solo si el problema se ve en nuestra propia mente, puede ser aceptada la solución que también se halla en nuestra propia mente. Por lo tanto, deseo que nuestra charla sea un debate de la mente. Mientras continuamos nuestra charla de hoy, echemos una mirada a las creencias y percepciones que mantenemos. Haciéndolo así daremos un gran paso para soltarlas. Es un paso necesario. Cuestionándonos todas las creencias y, en última instancia, la creencia en la separación sobre la que están basadas, es la manera de conseguir un estado de paz mental duradero.
Pregunta: Tengo una idea de lo que estás diciendo. Sin embargo, siento que no tengo ni idea de cómo dejar de criticar y de juzgar. Parece automático, como un hábito y no sé cómo hacerlo. ¿Puedes hacerme alguna sugerencia de cómo empezar a soltar algo de esa basura?
David: Sí, en la Biblia, Jesús dice: “No juzgues y no serás juzgado”. El Curso provee un marco para abandonar los juicios. El libro de ejercicios es una herramienta designada para deshacer los juicios personales y abrir camino para el único Juicio del Espíritu Santo: el Hijo de Dios está libre de toda culpa, de todo pecado, por siempre completo  y puro e inocente. Jesús dice que  no es que uno no deba juzgar, sino que ese juicio es algo que uno es totalmente incapaz de hacer. Así que, en otras palabras, uno es como un niño que está intentando dirigir el mundo. Jesús dice que para juzgar cualquier cosa de manera precisa, se debería ser consciente de un inconcebible amplio campo de variables, pasado, presente y lo que ha de venir. Para juzgar fiel y correctamente se deberían conocer las consecuencias o efectos de nuestros juicios sobre todas las cosas y todos y cada uno... en otras palabras, la entera calidad de hijo. Esta no es la manera en la que uno generalmente piensa en el juicio personal. Se suele pensar en términos de consecuencias para el ser personal, la familia, amigos, etc. ¿Cuáles son los pros? ¿ y los contras?
Lo que Jesús está diciendo es que la mente dormida es incapaz de juzgar porque no ve el cuadro al completo. Es literalmente ciego, ya que alucina. La buena noticia es que el Espíritu Santo está en nuestra mente y Él sí ve la pintura al completo. Su juicio es preciso. En cualquier situación que se pueda concebir el Espíritu Santo sabe qué es lo más importante para la Filiación entera. El Espíritu Santo es siempre la respuesta, cualquiera que sea la pregunta
La respuesta más útil que puedo ofreceros es que uséis el Libro de Ejercicios tal y como Jesús indica. Ahora mismo tenemos la oportunidad de examinar las metafísicas sobre las que está basado el Libro de Ejercicios que pueden ayudar a que las lecciones del Libro de ejercicios tengan mayor significado.
Desde la creencia en la separación de Dios, un completo sistema de pensamiento de separación parece surgir. El ego es la primera premisa en este sistema de pensamiento. Ir hasta el fondo de este sistema de pensamiento distorsionado es darse cuenta de que el ego es la falsa creencia subyacente de que uno puede, en realidad, separarse de Dios. Según la lógica, cualquier afirmación es sólo tan verdadera como la premisa en la cual descansa. El ego es la falsa premisa. Cuando la mente pareció separarse y fragmentarse, pareció olvidar la realidad abstracta y se identificó con un mundo espacio-temporal. Esto es un severo contraste con la realidad y también muy caótico para la mente que estaba acostumbrada a la unidad del Reino de los Cielos. En el Cielo, la mente está en su hogar y en su estado natural de plenitud y unicidad y compleción. Después de lo que se llamó “caída”, la mente se sintió tan caótica que intentó poner orden en la ilusión, fue un intento de traer algún sentido de estabilidad al caos. Es ahí donde apareció el juicio por primera vez. Ordenar la ilusión, establecer una jerarquía de ilusiones, es juzgar. Poniendo en palabras un ejemplo que refleje este intento, es el escenario de alguien que se mete en una situación “fuera de control”, sintiéndose atemorizado y creyendo que si pudiese poner en orden la caótica situación, todo iría mejor. Así que realmente, el juicio no es sino un artilugio inefectivo diseñado para traer alguna forma de orden al caos y, de este modo, minimizar el miedo. Pero al pensar que puede ordenar sus propios pensamientos o pensar aparte de Dios, la mente bloquea la conciencia de Cristo que piensa sólo con Dios. En realidad, Dios ordena nuestros pensamientos.
Si uno piensa que nuestros propios juicios personales son necesarios para nuestra supervivencia en este mundo, la enseñanza que estoy compartiendo parecerá merecer una fe radical, ya que este mundo enseña que el juicio es, en realidad, bueno y beneficioso. Los sistemas educacionales están basados en la creencia de que podemos aprender buenos juicios y convertirnos en un eficaz y maduro ciudadano adulto. Eso es de lo que trata toda la educación del mundo. Uno parece conseguir ser bueno en juzgar, lo que se equipara con “saber” qué cosas son buenas y qué cosas son malas. Así, lo bueno se persigue y lo malo se evita. Sin embargo, la sabiduría no es juicio; sabiduría es ver la imposibilidad  de los juicios personales y, por lo tanto, renunciar a cualquier tentativa de continuar haciéndolo. Solo cuando uno ha reconocido que algo no tiene valor, hay un deseo de renunciar a ello. Una vez se entiende la imposibilidad del juicio, se renuncia a él porque cesa de tener alguna atracción o valor.
La creencia de que el Hijo de Dios no sabe cuidar de sí mismo, es lo que necesita deshacerse, ya que la mente errada no sabe nada. Cuando, como el Curso recomienda, uno comienza a soltar el pensamiento, uno sabe que es en beneficio de uno mismo, pero resulta amenazante para el ego. El ego está siendo deshecho y, temerosamente, objeta:”Si no me cuido yo, ¿quién lo hará?” Sin embargo, si uno no confía en la voz del ego, sino que confía en esa todavía pequeña voz interior, las decisiones fluyen desde este escuchar intuitivo y todo funciona con felicidad. Todo el esfuerzo y el juicio que uno hace intentando mantener la diminuta personalidad propia y sobrevivir en este mundo, no tiene valor. Sin embargo, uno está siempre, por decirlo así, en buenas manos con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo merece toda nuestra confianza.
Este parece ser un mundo donde se ha de luchar con uñas y dientes en cada vuelta. Parece ser un mundo donde hay que tener muchas defensas y muchos sistemas de seguridad. El mundo enseña: asegúrate de llevar la maza y la pistola; asegúrate de que, cuando sales de casa, conectas la alarma, asegúrate de cerrar bien tu coche. Asegúrate de que llevas suficiente ropa cuando sales. Asegúrate de tomar tu medicina. Es una barrera de defensas que incluyen protección del cuerpo y juicio personal. Las enseñanzas del mundo consisten en que hay que hacer todas estas cosas para mantenerse vivo en este cuerpo. De nuevo planteo la pregunta del significado de la vida relacionada con el cuerpo. El Curso dice:”Mi niño pequeño, tú crees que esa es tu vida, pero esa no es tu vida en absoluto. Tu vida es espíritu. El espíritu es invulnerable y no necesita defensa”.
Pregunta: El otro día decía: “Si podemos despertarnos por la mañana y olvidar que somos hombre o mujer, blanco o negro, rico o pobre,  republicano o demócrata, o lo que  quiera que pensemos que somos y pasar el día sin todo ese bagaje, el juicio es mucho menor. Está casi olvidado”.
David: El fin del juicio es en verdad olvidar todos los conceptos de dualidad. Obviamente no hay ningún demócrata ni republicano en el cielo.  Cuando no nos ponemos a la defensiva sobre algo y  estamos decididos a permanecer en silencio y pedir ayuda al Espíritu Santo, el interior de lo que está siendo defendido nos viene a la mente.  Nos damos cuenta de que siempre estamos defendiendo una falsa identidad.  Por ejemplo, si yo estoy identificado como demócrata y percibo que alguien está golpeando a los demócratas,  una reacción defensiva es inevitable.  Cualquiera que sea la imagen con la que nos identificamos, nos defenderemos.  La única identidad con la que podemos identificarnos y estar totalmente indefensos es El Cristo.  El Cristo no es un concepto ni una imagen sino una realidad. El Espíritu es algo que no necesita defensa.  Simplemente es.  Cuando nos identificamos con cualquier cosa de este mundo, entonces nos hemos fabricado una autodefensa. La defensa es a lo que la creencia en la separación nos lleva.  Es la creencia de que podemos fabricar nuestra propia imagen en vez de simplemente aceptar nuestro Ser como creado por Dios. Eso es muy básico cuando piensas sobre ello.  Parece como si pudiese necesitar mucho entrenamiento mental el desidentificarse completamente de esos conceptos de los que acabamos de hablar. Pero es inevitable.  La dirección natural de la mente es desidentificarse de aquellos conceptos para aprender el verdadero perdón y para finalmente recordar a Dios.
Pregunta: Siento una gran curiosidad por tener una idea de cómo vives tu vida.  Me refiero a cuál es la diferencia entre juicio y prioridad. ¿Cómo sucede eso para ti?
David:  Cada vez que uno llega a la bifurcación del camino, en el sentido del mundo, parece como si tuviésemos que ir en una u otra dirección.  Parece como si llevase implícito un juicio. ¿qué camino deberíamos tomar? Desde la perspectiva espacio/temporal en cada encrucijada del camino el Espíritu Santo sabe cuál es el camino que debemos seguir. ¡Sólo tenemos que escuchar!  El Espíritu Santo parece ser evaluativo mientras la mente crea que está en el laberinto tiempo/espacio. Sin embargo, el último juicio que necesitamos hacer es el de que es imposible juzgar nada en absoluto. ¡Dios no juzga! No hay nada que juzgar de entre la Unicidad. Sólo Dios sabe lo que es. Pero mientras la mente crea que es un laberinto de dualidad, El Espíritu Santo parece guiarla fuera de la dualidad. Así que si aplico esto a la pregunta que hiciste acerca de mi presencia hoy aquí, la respuesta es simplemente que yo escucho. No tengo ningún otro objetivo que permanecer sintonizado con el Espíritu Santo y estar en paz. Sin objetivos mundanos que fluyan de los falsos conceptos que tenemos de nosotros mismos, no hay percepción de intereses separados, ni ambición futura ni arrepentimientos pasados. Podemos verdaderamente confiar, escuchar y seguir.
Permítanme compartir otra analogía  para ayudar a clarificar algunas de las ideas acerca de descubrir el sistema de pensamiento del ego.  Las numerosas plantas del edificio son como muchas capas de la mente inconsciente.  En esta analogía, el Espíritu Santo, la respuesta que Dios dio a la creencia en la separación, está en la base.  El ego está en la base también, ya que Dios colocó Su Respuesta donde el problema de la separación parecía estar y estaba resuelto.  Todas las plantas, primera, segunda, tercera, vigésimo novena, trigésima, trigésima segunda y cada habitación oscura y su “armario” de creencias que habían brotado del ego se fabricaron como una defensa contra la Luz, El Espíritu Santo.
En su estado erróneo la mente tiene miedo del Espíritu Santo porque cree lo que el ego dice: ”Has abandonado el cielo y Dios está furioso. Le dejaste y si vuelves a la Luz, Dios te castigará”. El Espíritu Santo, por el contrario, le está recordando suavemente a la mente: “Dios te ama, Él siempre te amará, no podrás nunca separar tu Ser de Él. Él no está enfadado”. Con todas esas capas de creencias que no han sido cuestionadas, la mente ha olvidado que es Espíritu y cree ser una persona que vive en un mundo de dualidad.  En nuestra analogía la mente cree que es una persona en el tejado donde ondea la bandera.  Cree que está separada en un cuerpo  y a merced de un mundo externo a ella.
Como en nuestra anterior analogía del proyector de películas, el tejado de este edificio es comparable a la pantallas del mundo. Parece como si necesitáramos  atravesar todas las plantas de creencias para llegar a la base.  Sin embargo, hay un interruptor general en la base.  Viendo o contemplando el interruptor como la autodestrucción, el ego lo ha guardado celosamente para que no lo encontremos.  El ego teme que de pronto, todo el edificio se encienda y se haga real.  Este interruptor es el perdón total, la Expiación o lo contrario de todo  lo que el ego cree.
Pregunta:   Aquí está mi situación en el tejado de ese edificio.  He de regresar al trabajo hoy y realizar tareas en el ordenador y algunas otras cosas antes de mañana.  Prefiero quedarme aquí. Usted habla sobre la intuición y el Espíritu que le conduce. Ahora ¿cómo hago esto?
David:   El Espíritu Santo comienza desde donde la mente cree que está y desde lo que cree ser. Supón que  crees que eres una mujer que tiene  un trabajo en particular y esta noche parece que tendrá que hacer un trabajo en un ordenador. Supongamos que este escenario es sólo una película  de un sistema de creencias que tienes y que ésta es simplemente la forma en que tu te  percibes en este momento.  El Espíritu Santo no intenta arrancar esta maraña de creencias. El Espíritu Santo usará estas cosas en las que crees para ayudarte a darte cuenta de que tú eres mucho más que el propio concepto en el que crees. Esta charla, por ejemplo, está atestiguando el deseo de tu mente de despertar y recordar tu realidad como Hijo de Dios. Todo  lo que hemos de tener es voluntad, y el Espíritu Santo deshará los falsos conceptos acerca de nosotros mismos y los reemplazará por el perdón. Comiencen con esta oración “Permanece conmigo, Espíritu Santo . Guíame en lo que he de decir y a donde he de ir.  Si le das la bienvenida y confías en Él, experimentarás resultados inmediatos.
Pregunta:  Estoy teniendo problemas con la descripción de la dualidad y que es nuestra percepción lo que causa el problema.  Trabajo en un negocio donde tengo que ver las cosas exactamente tal como están sucediendo, no como `podría gustarme que sucediesen. Así que,  el problema para mí es cómo llegar a ese lugar del que estás hablando.
David: Ciertamente parece así cuando hemos identificado a nuestro ser, por ejemplo, con un empleado en unos negocios, en los que hay obligaciones externas y restricciones a las que atenerse. Por ejemplo, digamos que nos hemos identificado con el director. Como director, parece que debemos mantener a otras personas responsables de hacer ciertas cosas. Un director hace de monitor y evalúa a los empleados, los dirige, lleva a cabo una revisión de actuaciones.  También, cada director tiene un jefe cuyo trabajo consiste en asegurarse de que cada director sea responsable.  Lo que debemos  hacer es mirar de cerca e ir a la profundidad del sistema de creencias que está produciendo una percepción defectuosa que está creando el escenario que acabo de describir.  Debemos estar dispuestos a examinar cuáles son nuestras prioridades, qué es lo más importante en nuestras vidas.  ¿Es la paz mental nuestra única prioridad?
 Yo he tenido que echar un buen vistazo a todo lo que creía, volverme hacia el interior en busca de fortaleza y ayuda, y darme cuenta con certeza de que el Espíritu Santo es mi único “Jefe” y el “perdón” mi única función.  Puede que digamos “¿ qué hay de práctico en eso, qué haces cuando tienes dos jefes, si tienes al Espíritu Santo y a tu patrón ordenándote dos cosas diferentes?” De nuevo el Espíritu Santo se encuentra con la mente en donde cree que está. Él trabaja con la mente, ayudándole a cambiar conceptos sobre sí misma  por otros más expansivos que se acercan al verdadero perdón.
Al abandonar los juicios y al cambiar tu mente en lo que al mundo se refiere, lo que sucede en la pantalla del mundo será una representación simbólica de ese cambio de mente y de vuestra percepción de las relaciones.  Así que, realmente volvemos a decir simplemente: “OK, Espíritu Santo, trabajo conmigo ahora mismo donde creo que estoy y ayúdame a soltar mi mente de esas falsas creencias. Ayúdame a soltar el ego y mi percepción se sanará.”  Confía en el Espíritu Santo para todo y Él cuidará de ti de manera que ni siquiera puedes imaginar.
Pregunta:  ¿Podrías hablar sobre las relaciones? El Curso habla de relaciones especiales y relaciones santas. ¿Puedes brevemente describir lo que son?
David:  Las relaciones parecen ser una empresa difícil en este mundo.  Parecen ser una mezcla de amor y odio, de atracción y repulsión, de alegrías y penas.  Jesús se refiere al amor especial y a las relaciones de odio especiales como destructivas, egoístas, posesivas y exclusivas. Éstas son relaciones basadas en el ego, que son canciones de alabanza a su creador.  La relación santa es una metáfora para una relación que ha sido entregada al Espíritu Santo para su propósito de perdón.  La relación santa es una relación sanada que refleja la totalidad y compleción.  Más allá de toda metáfora se podría decir que la única relación real es la que se tiene con el Espíritu de Dios y la Creación, de Padre e Hijo.  Al ser la única relación real dada por Dios, la relación santa se aprende del Espíritu Santo.  Al deshacerse el “principio de escasez” por el Espíritu Santo, el sentido de carencia, de inadecuación, de debilidad y de estar incompleto, que es típico de la relación especial, es reemplazado en la relación santa por la unión, la extensión, la apreciación y la aceptación.
Me gusta hablar de la relación especial en tiempo pasado, ya que como todo lo del ego, es historia.  Si recordamos la metafísica que hemos recorrido hoy, la mente dormida se aterrorizó de la luz que intentó ocultar de Dios en el mundo de las formas.  Al creer que se había arrancado a sí mismo del cielo, intentó establecer un mundo corporal como su “nueva” identidad.  Intentó olvidarse de su identidad como Espíritu.  Al identificarse con el cuerpo se sintió tembloroso acerca de esta “nueva” identidad porque, aunque había intentado olvidar la Luz, en lo más profundo sabía que estaba inventándose este mundo y que Dios podía y debía ser recordado. Sintiéndose inseguro y temeroso de regresar a la Luz, buscó soluciones externas –otros cuerpos con los que podría “unirse” para encontrar felicidad y plenitud. Así fue como comenzó la llamada “co-dependencia” de las relaciones especiales.
Tan pronto como la mente creyó que estaba fuera, en la pantalla del mundo, buscó fuera de sí para aliviar la culpa, el miedo, la soledad y el vacío que sintió en su interior.  Buscó otros cuerpos para ser sus amigos y compañeros.  Por medio de asociaciones con la “gente adecuada” la mente durmiente sustituye a Dios y este concepto cobró una gran importancia.  El mundo entero se convirtió en una gigantesca relación especial, porque todo lo que la mente ha asociado con la pantalla, se montó para ser el sustituto de Dios.  La razón por la que las relaciones de amor y odio especiales nunca son totalmente satisfactorias y nunca traen paz y felicidad, es porque nunca puede haber un sustituto para el Amor de Dios.
La relación santa sólo se puede experimentar ahora como un reflejo del amor de Dios.  Es análoga al mundo real, con total perdón o percepción sanada de la que hablé antes.  Al darnos cuenta de la imposibilidad del juicio personal, nos damos cuenta de la imposibilidad de cualquier tipo de relación especial.  La relación santa, entonces, no es personal en el sentido de cuerpos relacionándose unos con otros.  Es simbólico de una totalidad universal.  Un estado de mente que sólo puede darse desde la completa perfección.  El concepto de obtener algo a cambio es totalmente carente de significado en el momento presente.  Ahora mismo, sólo hay descanso, contentamiento y plenitud.
Pregunta:  Me gustaría traer aquí una relación particular con la que estoy teniendo problemas.  Me doy cuenta de que esa persona continúa reflejándome algo.  Percibo a esta persona como controladora y realmente manipuladora.  Me dejo atrapar y luego me siento culpable.  Realmente no creo que pueda continuar con esto por más tiempo.  Es peligroso para mí permanecer en este tipo de control.  No me hace ningún bien y no ayuda tampoco a esa persona.  Así que ¿qué está sucediendo en mi mente?
David:  El tema del control es siempre una expresión de lo que el Curso llama “un problema de autoridad”.  Si uno toma una muestra del comportamiento humano, aparece una variedad de temas de control que parecen ser evidentes en el mundo.  Parece haber problemas de control con padres, con niños, con esposos, novios y novias, temas de control con profesores, políticos, empresarios y aún, quizás, con la policía.  Este mundo parece estar lleno de temas de control.  Sin embargo, es la mente dormida la que tiene el tema de control central o el problema de la autoridad central.  Este problema de autoridad es la base de todos los temas de control parecidos entre personas o entre personas y el sistema.
El problema de autoridad es realmente un asunto de autoría. El tema central es: ¿fui creado por Dios o puedo crearme a mí mismo según mi deseo? ¿Fui creado por Dios o  yo soy el creador de mí mismo? La mente durmiente cree que se ha separado de Dios y que se ha fabricado una identidad y un mundo.  Cree ser la autora de su propia identidad, el autor de la realidad.  Hasta que la corrección para este error básico se acepta, la mente dormida cree que este problema es una batalla con Dios.  Pero una batalla de esta magnitud es demasiado aterradora para mantenerse en la conciencia y por lo tanto se la niega como defensa.  Como una posterior defensa, el problema parece haber sido proyectado sobre la pantalla del mundo y por lo tanto, parece estar donde no está, entre personas o entre personas e instituciones.  Estos son, por lo tanto, conflictos hechos creíbles. No hay temas de control en el mundo, aunque es ahí donde parecen experimentarse.  El ego es el tema de control y el ego es una creencia de la mente.  De nuevo volvemos a la idea principal: No hay ningún problema aparte de nuestra propia mente.
Pregunta:   Así, cuando hable con esta persona de nuevo, ¿qué se supone que va a suceder? ¿Se supone que no he de ver ningún comportamiento de control?
David:  Verás lo que creas. Simplemente estate dispuesto a examinar la creencia que está en control. Cuando dices que otra persona refleja algo sobre ti mismo, necesitas ir más allá del nivel de conducta. Por ejemplo, puedes mirar a alguien y parecerte, a juzgar por su comportamiento o apariencia, que es descuidado. Ese no es el nivel donde opera  el reflejo del que estamos hablando. No significa, necesariamente, que  tú eres descuidado si ves a otra persona tan descuidada. El reflejo está a nivel mental. Se ha de creer en el concepto de desaliño antes de que podamos verlo en el mundo o en otra persona. Todo es una idea. Las ideas de Dios son muy diferentes de las ideas del ego. Desaliño y control son simplemente ideas o conceptos fabricados por el ego. Una manera segura de retener un concepto  es proyectarlo fuera y verlo en el mundo en vez de verlo como concepto creado en nuestra propia mente.
Dios no es controlador. Dios no es manipulador. Sin embargo, mientras se proyecte la responsabilidad de fabricar (o crear) una idea de control, se creerá que el control es posible. Debemos cuestionarnos la falsa creencia en nuestra mente, el ego, y permitir que sea elevada a la luz.
Pregunta: ¿Qué dirías del engaño como opuesto a control o manipulación? Probablemente, la persona con la que yo he estado más enfadado en toda mi vida  era una persona muy engañosa. Mentía cuando le venía bien y creo que le hizo daño a mucha gente de esa manera. Cuando yo estaba tratando con él ¿me estaba yo inventando todas esas falsedades?
David:  La misma línea de razonamiento se puede aplicar al engaño.  La razón del engaño de cualquier tipo parece provocar ira porque todo engaño es un recordatorio del engaño de nuestra propia mente.  Creer en el ego es decepción.  El que se percibe a sí mismo existiendo en este mundo, ha fabricado un yo y eso es engañoso.  En realidad, creer que podríamos separarnos de Dios es el único y más básico engaño.  Pero eso es demasiado aterrador para mantenerlo en la conciencia, así que se niega desde ella y el engaño se proyecta sobre el mundo y sobre las personas.  La ira no podría en realidad existir debido a una relación engañosa, pero proviene de proyectar la culpa inherente de creer que nos hemos separado de Dios. Se puede ver que ese enfado en cualquier grado o variedad puede ser rastreado hasta ese único error.  Y sólo la Corrección, la Expiación, traerá paz eterna y felicidad y el fin de la ira para siempre.
Pregunta:  ¿Qué tal un consejo práctico?  Quiero algo que ahora mismo al marcharme pueda llevarme conmigo.  ¿Cómo puedo moverme hacia una sintonía dentro del Espíritu y permitir que mi mente se despierte a la realidad?
David:  Todos en esta habitación podemos mirar   a nuestro ser. Sin embargo, percibimos nuestro ser y decimos: “Hoy he aprendido algunas habilidades”. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de aprender y de forma parecida ha desarrollado habilidades a través de experiencias de vida, educación, o quizás entrenamiento de las capacidades, talleres etc. Jesús se encuentra con la mente dondequiera que ella crea que está.  Estas capacidades y habilidades se usarán en el Plan de la Expiación.
Recientemente alguien me dijo: “He estado aprendiendo toda mi vida y estoy a punto de graduarme. Ahora estoy leyendo el Curso y dice que lo tengo que desaprender todo”.  Ella me dijo que se sentía en conflicto acerca de llevar a cabo todos esos estudios y exámenes mientras sentía que se suponía que tenía que desaprender el mundo.  Lo que estoy compartiendo es que el Espíritu Santo utiliza lo que quiera que la mente engañada ha aprendido para su propósito.  Examinemos esto de cerca.  Cuando consideramos el hecho de aprender en el contexto de este mundo, podemos pensar en aprender capacidades mentales y motoras, habilidades atléticas, habilidades en la lectura, en la escritura, en el habla y así.  La clave consiste en tener claridad acerca de cuál es el propósito al que sirven dichas capacidades y habilidades.  El ego quiere utilizar estas habilidades y capacidades para reforzar la separación y mantener la identidad corporal.  El ego quiere mantenerse a sí mismo.  Debemos tener claridad  en cuanto a cómo utiliza el Espíritu Santo estas capacidades y habilidades.  La pregunta práctica es:  ¿Estoy dispuesto a que se me muestre el uso que el Espíritu Santo tiene para mi cuerpo, mis habilidades mentales y mis capacidades físicas?
Si se perciben adecuadamente, todas las capacidades y habilidades  están canalizadas en la habilidad para sanar.  Todas las capacidades y habilidades que se usen para sostener el concepto del pequeño yo, en la persecución de la fama, fortuna, estatus o conveniencia corporal y comodidades, etc.  se usan para objetivos del ego. (Por ejemplo: mayor, mejor, más, más rápido).    El ego nos aconseja usar nuestras capacidades y habilidades para convertirnos en una mejor persona.  En vez de eso, usen esas capacidades y habilidades para soltar la identidad corporal y para extender amor a sus hermanos.  Úsenlas para compartir las ideas del Espíritu Santo. Usen sus capacidades y habilidades para cambiar la percepción de ustedes mismos y recuerden que son una mente y no un cuerpo.
Lo más práctico que  se puede preguntar acerca de cualquier cosa es: ¿Para qué es? Por ejemplo,  a mí me gustaba la idea de la libertad, quería ser libre.  Pero descubrí que mi definición de la libertad estaba muy lejos de la realidad. Yo la había definido como lo que yo quería hacer, donde y cuando quería hacerlo. La libertad del cuerpo eran las bases de esa definición.  Otras definiciones de libertad podían incluir la libertad económica, la libertad de elección, la libertad política o la libertad de movimiento.  Todas ellas involucran al cuerpo.  Lo que el Curso enseña es que la verdadera libertad no tiene nada que ver con el cuerpo y todo que ver con la mente.  Todo consiste en escuchar al Espíritu Santo y seguir Su dirección.
De nuevo, todo se reduce a un propósito.  Podemos llamar propósito al “nivel de la mente” o “causalidad”.  El propósito es el contentamiento.  Desde el nivel del cuerpo, es esencialmente irrelevante. El ego intenta elevar la forma a importante. (Ejemplo: cómo se ve el cuerpo, lo que lleva puesto y lo que come, qué joven o qué viejo es, de qué color es, etc.).  Estas imágenes son meramente capas, simplemente conceptos que cubren la conciencia del Espíritu, y su importancia naturalmente disminuye cuando se comienza a seguir el propósito del Espíritu Santo. Simplemente se vuelve cada vez menos perceptible. Se deja de juzgar la apariencia de la gente, el tipo de coches que usan, en qué clase de casas viven, etc. ¿Cómo se arregla la forma cuando se trata de sintonizar con el Espíritu? ¡De ninguna manera!  Cuando realmente se entra en el propósito y la intención, todos los detalles específicos abandonan la conciencia y se desvanecen de ella.
Pregunta:  Me alegro de que traigas esto a colación porque siento que el seguimiento del Espíritu no puede mirar a ningún lugar en particular. No se trata de intentar modelar mi vida imitando la vida de alguien o de intentar elegir comportamientos adecuados porque eso sería poner el énfasis en la forma.  Es el propósito lo que es importante, y la forma simplemente fluye y fluye automáticamente de él.  Creo que, algunas veces, es fácil llegar a la conclusión de que si la forma de mi vida parece diferente a la forma de alguien a quien yo considero como modelo o ejemplo, entonces yo debo cambiar mi vida para que sea como la de ellos.  Eso es perder el objetivo por completo.  No es acerca de la forma, es sobre la transformación que se produce en la mente.  Entonces, si la forma cambia, será  debido al cambio que ha ocurrido en la mente, no porque yo me haya dirigido a la mente y haya intentado cambiar el comportamiento o la manera que parecen ser las cosas.
           David:  Sí, por supuesto, la única cosa que se puede elegir cambiar es la manera de pensar. Intentar cambiar el pensamiento no resolverá nada en absoluto. La única manera de resolver la percepción de una vez por todas es mirar calmada y directamente a todos los pensamientos falsos, ver la irrealidad, y mirar más allá de ellos a nuestros  pensamientos verdaderos.
Si elegimos pensar con el Espíritu Santo, percibimos todo o como amor o como una llamada al amor. Así, por ejemplo, si tu hijo está gritando o llorando o tu esposo comienza a gritarte, la situación se percibe únicamente como una llamada de amor si estás alineado con el Espíritu Santo. Es como si tu hermano estuviese diciendo: “Por favor, enséñame que éste no es quien realmente soy.  Te estoy pidiendo que me recuerdes quién soy en verdad”.  El Espíritu Santo lo ve de esta manera. Pero a través de las lentes del ego, la situación se percibe como un ataque. ¿Puedes ver que una vez que se percibe el ataque,  una reacción defensiva es inevitable?  Así pues, la clave consiste en que ver ese ataque sea imposible.  No hace ningún bien el pensar “¡Cielos me están atacando!” y después intentar controlar el comportamiento para aparecer indefenso.  Intentar corregir el error a nivel de la forma no funciona  jamás.
Pregunta:  He leído la mayor parte de Un Curso de Milagros y la idea de que el mundo físico y el cuerpo son sólo una proyección me trae a la mente muchas de las viejas creencias cristianas.  Por ejemplo, la creencia de que el abusar del cuerpo o descuidar el cuerpo o castigar el cuerpo, nos lleva de vuelta al Espíritu.  Esa creencia no parece ser de Dios.  Pienso que estoy confuso porque para mí no es amoroso decir que debemos dejar atrás el mundo físico, descuidarlo o no cuidarlo para volvernos Espíritu. Así que creo que estoy confuso y pensé que quizás podrías ayudarme a comprender todo esto mejor.
David:   Jesús vino hace dos mil años con un mensaje de amor incondicional y es interesante observar las distorsiones del ego que se han presentado a sí mismas.  Desde una perspectiva metafísica, siempre que se tortura al cuerpo, se odia al cuerpo o se abusa de él, se incurre en una falsa creencia subyacente en la mente de que el cuerpo o el mundo es el demonio.  El ego quiere que la mente vea al cuerpo como su hogar. Y, sin embargo, odia al cuerpo porque éste no parece ser un hogar lo suficientemente bueno.  Parece envejecer, enfermar y morir. No obstante, para odiar algo tenemos que creer que es real.  Esa es la decepción, ya que el mundo y el cuerpo no tienen realidad alguna.  La verdadera relidad es el Espíritu. ¿Puede alguien estar abierto a ver  que atribuyendo un valor negativo al cuerpo o al mundo se está propiciando que la proyección parezca real tanto más que neutra o nada?
La otra cara  de la moneda, que es la misma trampa, está evaluando al cuerpo y al mundo, lo glorifica por lo que parece ofrecer y le aumenta su importancia de alguna manera.  La indulgencia de los sentidos, el estatus, la fama, etc, no traen paz ni felicidad duraderas porque refuerzan la identidad corporal y  uno no es un cuerpo.  Intentar resolver un vacío interior o sentimiento de carencia siendo indulgente con las drogas, sexo,  con los entretenimientos, las comidas o cualquiera de los placeres del mundo es hacer que el error parezca real al pensar que el cuerpo es valioso y objeto de deseo. Se estima ciertamente más que neutro o nada.  Negar el cuerpo o ser indulgente con él no es la verdad que nos hará libres.
Los milagros son cambios de percepción que atestiguan a la mente que es mucho más que un cuerpo.  Como he compartido, este es un Curso para cambiar la mente acerca del mundo y no un Curso que intente cambiar la forma esperando que la mente la siga.  Éste es un Curso para aprender que hay un propósito más alto para el cuerpo y para el mundo: el propósito de Perdón del Espíritu Santo. De nuevo el cuerpo no es ni bueno ni malo.  El Espíritu Santo usa el cuerpo únicamente para la comunicación, para hablar por Dios a través de él. Aprender el verdadero perdón es abandonar los usos del ego para el cuerpo, que podrían resumirse como orgullo, placer y ataque.  Permitir que el cuerpo sea usado por el Espíritu Santo como un instrumento de sanación es permitir que la percepción distorsionada sea corregida.
Pregunta:   Se me acaba de ocurrir que me gustaría compartir lo siguiente. Me gustaría tratar el concepto de que lo que veo delante de mí “ sólo es una proyección de mi propia mente”.  Así que esencialmente ¿no hay nadie ahí fuera? Si yo aún percibo un rasgo negativo en otro, eso significa que yo aún mantengo ese pensamiento en mi propia mente y que aún no me he desprendido de él. Aún lo mantengo y es por eso por lo que aún lo veo.
David: Sí, todo pensamiento o se proyecta o se extiende.  Los pensamientos de ataque se proyectan.  Los pensamientos reales se extienden.  El mundo que percibimos es sólo una representación de nuestros pensamientos.  Los pensamientos de ataque se mantienen fuera de la conciencia y “se ven” entonces, en el mundo, como si fuesen externos o independientes de su “hacedor”- nuestra propia mente.
Pregunta: No sé, hay algo más. Sólo quiero mirar esto de manera más profunda. Pienso que hay un aspecto de todo esto que no estoy entendiendo, si no , o no lo habría sacado. Así que hasta donde tú quieras llegar con este tema será estupendo.

David: Todo el mundo, en lo más profundo, desea verse libre de pensamientos de ataque o de juicio personal.  De hecho, esa es la única libertad.  El proceso de renunciar a los   juicios puede parecer ser difícil. Realmente no lo es una vez que el valor del no juicio es comprendido por la mente.  Para el ego la renuncia al juicio se percibe como personalmente insultante.  El abandono del juicio es, a menudo, interpretado por el ego de esta manera: “Eh, yo soy una persona madura y competente. He aprendido muchísimo de los útiles juicios acerca del mundo y no puedo estar totalmente equivocado al respecto”.  Se nos dice en las primeras lecciones del Libro de Ejercicios que nuestra  mente está llena de pensamientos sin significado, lo que sería la interpretación del ego.  Comienza con un verdadero sentido de humildad y verdadera modestia  y di: “OK, quiero comenzar admitiendo que mi mente está llena de gran cantidad de pensamientos que no provienen de mi Padre que está en el Cielo”. Se comienza a ver que, en verdad, se necesita una revisión de la mente en lo que respecta a uno mismo y al mundo.

              Las primeras lecciones ayudan a  aflojar en la mente la forma en la que
 
normalmente percibimos. Las últimas lecciones del curso son maravillosas afirmaciones de la verdad. Éstas son reflejos de mis pensamientos reales. Éstos son los pensamientos que pensamos con Dios.
            Pero los pensamientos reales están sepultados en la mente por debajo de los juicios y de los pensamientos de ataque. Estos oscuros pensamientos necesitan ser traídos a la conciencia antes de que puedan soltarse.
            Pregunta: Creo que es fascinante cuán esencial es darse cuenta de que no hay nadie ahí afuera y que si necesito sanar un pensamiento o juicio negativo, aparecerá en la pantalla. Pero la llave de lo que estoy oyendo es la necesidad de ser consciente de todos los pensamientos de ataque, observar mi mente y tener la voluntad de entregárselos al Espíritu Santo. Así es como me libero de ellos. Pero ¿cómo me vuelvo consciente de los pensamientos de ataque inconscientes?
David: Simplemente relájate y déjalos salir a la conciencia. El ego parece tomar miles de formas en la superficie. Como un pensamiento fragmentante, el ego parece fragmentar, una y otra vez. Pero tiene una característica común por la que siempre se le puede identificar. La simple, y defectuosa premisa detrás del sistema de creencias del ego, a pesar de las muchas formas que toma, es la creencia de que hay una causa real además de Dios y es que las ideas abandonan su fuente. Esta es la creencia de que hay causas en el mundo aparte de la mente, y que estamos a su merced. Si se puede comprender la imposibilidad de esta premisa, el ego está fuera de circulación.
El ego es identificable sin importar sus muy diversas formas. Con la observación constante de la mente junto con el Espíritu Santo y teniendo en cuenta nuestros pensamientos, el pensamiento del ego se ve como irreal, en vez de verse como aterrorizante. Una vez que se pueden discernir los pensamientos del ego, viéndolos por lo que son, se sueltan de inmediato. Tan pronto como se puede ver lo falso como falso, una creencia como simplemente una creencia, entonces ya no estamos a su merced. En un avanzado estado de entrenamiento de la mente, los pensamientos del ego pueden prevenirse, incluso antes de que entren en la mente.
La clave para el discernimiento, la llave maestra que mencioné anteriormente en la analogía del World Trade Center, es el simple reconocimiento de que sólo la mente es causativa y de que la mente no puede crear más allá de sí misma. Todas las creaciones erróneas, el cosmos espacio/temporal es el efecto irreal de una causa irreal. La aparente inversión de causa y efecto es la base del ego. La expiación corrige esta inversión. La característica de esta misma inversión es la creencia de que hay algo causativo en el cosmos espacio/temporal en la pantalla del mundo. En términos sencillos, es la creencia de que algo del mundo puede dar o quitar nuestra paz mental.
El ego te está diciendo, como cuerpo, que necesitas encontrar un entorno pacífico donde vivir. El ego te está diciendo que si tú, como cuerpo, tienes un buen seguro médico, un buen seguro de vida, lograrás tener paz mental. El ego está diciendo que si tú, como cuerpo, encuentras el compañero adecuado, la pareja perfecta, entonces, tendrás felicidad. El ego te está diciendo que si tú, como cuerpo,  consigues las piezas del puzzle, si tú consigues el guión para que se ajuste a lo que tú lo quieres, serás feliz y tendrás paz. ¡Qué chanchullo! ¿Cuánto tiempo pagaremos ese juego antes de que veamos que no hay nada al final de ese túnel? Buscar el compañero adecuado, el empleo adecuado, el lugar adecuado para vivir, y clima adecuado, es verdaderamente como la persecución de un ganso salvaje. Esa clase de búsqueda intenta traer paz a la mente y felicidad, cambiando la forma, en vez de aceptando el propósito del Espíritu Santo. Uno nunca puede encontrar felicidad duradera y paz en el mundo. Acéptalo pero no te pares en ello. El Espíritu Santo nos conducirá a sueños felices para luego despertar completamente del sueño.
Tanto si nos parece conseguir lo que pensamos que es deseable en la forma, o si nos sentimos privados de algo en la forma, el Espíritu Santo nos recuerda suavemente: Eres mente, todo mente y mente pura. Lo que piensas que hiciste “separado de Dios” ha sido deshecho. Lo tienes todo porque tú lo eres todo. Aceptar este hecho es encontrar la llave maestra.
Pregunta: Sabía que tenía que estar aquí hoy, pero no sabía por qué. Esta charla ha tenido mucho sentido para mí. Lo pone todo bajo una luz diferente. La ira me estaba destruyendo a mí y a todos lo que me rodean. Estoy muy agradecido por tener una manera diferente de ver las cosas. Gracias a Dios hay otra forma. Oyéndote hablar, David, se disipa mucho el miedo. Ahora puedo dar la bienvenida al trabajo con el Espíritu Santo al tiempo que me muevo por experiencias sobre este planeta y despierto a la Verdad. Gracias.
 
 

Un Curso En Milagros y David Hoffmeister

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